El local pertenece a la misma familia que L´Arrosseria Xàtiva a pocos

El local pertenece a la misma familia que L´Arrosseria Xàtiva a pocos metros de distancia. Destaca la terraza bien montada aunque las sillas son un pelin incomodas, en verano por lo menos es obligado comer en el exterior ya que el local no esta climatizado.
Nos llamo la atención que siendo un viernes laborable, nos advirtieran que no tenían dos platos agotados de la carta, uno las habitas (las tipo baby siempre son de lata) y costillas de cordero; también fallaron dos postres que no estaban a disposición, crepe con helado de vainilla, (la masa del crepe se hace en un momento) y un bizcocho de regaliz que habían agotado.
El trato al vino es pésimo, copas justillas y temperatura elevada, tuvimos que poner fundita helada para refrescar el Olvena Cabernet por el que pagamos casi 15 euros. Carta de vinos sin pretensiones y realizada con poca ilusión.
Tampoco la comida seduce, el cebollino adorna todos los platos, además de encontrar algo de arenilla en los canónigos que acompañaban al Chateaubriand
con una salsa espesa y poco definida.
A destacar del lugar, el buen trato por parte del personal, mayoritariamente femenino.
Unos 45 euros por persona con el vino incluido.

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