Lo que más me gustó fue la sala. Si voy a comer a mediodía me gusta sentir que estoy comiendo a mediodía y si voy a cenar por la noche me gusta sentir que estoy cenando. Digo esto por la luz de la sala. Impresionante. No me agradan los restaurantes que, por las circunstancias del local, no les llega la luz de la calle a mediodia y llegas a perder la noción del tiempo. Una mania particular. En Santandreu con la cristalera que da al patio interior la luz lo alcanza todo y eso es de agradecer. Entorno maravilloso, bonitos baños, cocina a la vista (uno se queda atontado mirando las preparaciones y emplatados)... Por poder algún pero la proximidad entre mesas (la sala estaba repleta) y las sillas que, si bien casan perfectamente con la decoración del local, no son excesivamente cómodas para largas sobremesas. Local no fumadores (me guardo la valoración, sólo aviso).

Iba invitado y ya se había concertado tomar el menu de mediodía (25 €/pax: todo incluido: aperitivo, dos entradas, plato principal, postre, vinos, agua, cava, café). Execelente RCP.
Hemos empezado con tres canapés: uno con una especie de mouse de bacalao, otro con jamón y uno más. El servicio, que en todo momento ha estado agradable, canta los platos un poco rápido y algunos detalles no los puedo dar. Sólo me basta con volver a preguntar pero pasaba. Entradas: 1) Bonbón de foie con boletus y reducción de mistela (muy bueno); 2) Pastel de merluza con pincho de gamba y crema de marisco (bueno). Plato: ... de cordero (de nuevo no alcanzo escuchar). Bastante rico. Postre: tarta de carlota con helado de limón: bien.

Los vinos van con el menú: blanco y tinto de bodegas Nuviana (normalillos, pero no se puede pedir más con el precio del menú). También sacan cava. El café me ha parecido buenísimo.

Fuimos a cenar un dia entre semana,es decir sinonino de poco gente y de una posible atencion correcta y un desahogo en la cocina. Pues bien, la atención fue correcta pero lo
que es la cocina dejo mucho que desear.Pedimos menu degustación y ninguno de los platos estaba en la carta,por lo que si lo que queremos es probar...La carta de vinos además de corta le faltaban la mitad de las referencias.Los platos principales del menu fueron melva(la que como en conserva estaba mejor) y pollo de corral??(gallina en su punto de plancha). El precio no esta mal(40 € por pers) si de verdad dieran cocina acorde con lo que pagas.Por ultimo, decir que la terraza es el gancho del restaurante pero que a dia de hoy, ya no compensa.Esta a sido la visita numero 10 o asi,pero la 1º desde este nuevo cambio de dueño y para mi lo ha perdido todo.

Ayer fuí con unas amigas, ya había ido varias veces, pero ayer me llevé una desilusión! Qué cambio y para mal! El menú de trabajo había casi duplicado su precio (de unos 13€ a 22€) y lo que es peor la calidad había bajado a menos de la mitad. La atención del servicio no sólo fue mala sino sinó directamente desconsiderada y hasta grosera. Habíamos pedido una botella del vino de la casa (un somontano Laus, que nos gustó de una anterior vista, pero no constaba en la carta de vinos), y nos sirvieron llevándose la botella. Como no estaban atentos y habíamos teminado nuestras copas pedí vino y al servirnos solicité al camarero que dejara la botella en la mesa a lo qual contestó: Que el protocolo se lo impedía. Me quedé alucinada. Al marchar me quejé y también hice notar el bajón el la calidad contrapuesto con la subida de precio. Es una lástima porque el local es precioso, pero a mi no me vuelven a ver el pelo!

Suelo visitar este restaurante muy a menudo en mis fines de semana en Gandia y tengo que decir que tiene un encanto especial. Decorado de forma original y moderna, con una impresionante cocina a la vista gracias a una cristalera y un jardin que recomiendo visitar en primavera, este restaurante es una pequeña joya.
Fortunadamente no es el clasico ejemplo de sitio moderno y bonito donde el aparencia es una simple tapadera por un local caro y malo. Santi se hace cargo de la cocina, los platos que nos presenta son un reflejo de la decoracion del local (¿o viceversa?), inovadores y magnificamente presentados, sin olvidarse de la materia prima de primera calidad. Los platos exprimen un concepto: se puede comer la cocina tradicional de otra forma, y puede ser un medio para acercarnos a la cocina de otros lugares, mas exoticos, gracias a los continuos guiños que Santi hace a la cocina japonesa y arabe.
El servicio tambien es muy bueno, los camareros eficientes y amigables, y la carta de vino aunque un poco corta tiene buenas y variadas referencias. Ademas suelen tener referencias fuera de carta para deleitar los clientes fijos, y eso se aprecia y mucho.
La RCP es tambien muy buena, tanto en los vinos cuanto en la comida, el menu de degustacion que suelo pedir y que renuevan constantemente sale por unos 35 euros, y incluye varios snacks, dos entrantes, pescado, carne y dos postres, IMPOSIBLE quedar con hambre....
Lo dicho, no puedo que aconsejar este restaurante a todos lo que quieran escapar de la monotonia gastronomica que desafortunadamente infesta la Safor.

Lamentable. El servicio de pena, llevandose platos (o al menos intentandolo) sin acabar. No recuerdo muy bien la comida porque intento olvidarlo. La carta de vinos mal. Nada nada recomendable.

En este restaurante el conjunto es lo que cuenta:
Decoración minimalista, comedor con vistas a un gran jardín, muy agradable.
Servicio: bueno aunque un poco demasiado insistentes.
Comida: Está rica pero peca tal vez en tradicional y poco original. En cuanto a la cantidad, perfecta con el menú degustación (aprox30 euros).
Vinos:carta variada pero con algunos precios estirados.

Recomendable. Volveremos seguro.

Se come muy bien, con productos de buena calidad, con alguna que otra agradable sorpresa (sobretodo en los snacks y entrantes). Menú degustación muy difícil de superar ya que por tan solo 30 euros (sin bebida) te sirven 2 snacks, 2 entrantes, 1 plato de pescado, 1 de carne, y 2 postres, y buena calidad todo. Posee un jardín agradable, pero cuando nosotros fuimos no se podía comer porqué el tiempo aún no acompañaba. Bien aislado del entorno bullicioso del centro de Gandia. Poseen una carta de vinos interesante, quizás algo escasa, pero con los "grandes valencianos" (Les Alcusses, varios Mendoza, Casta Diva,...). Ahora bién, olvidaros de esperar a que os lo sirvan. Una interesante opción que se desmarca de la etiqueta de comida de paella y fideuà tan pegada por estos lares.

Hemos vuelto a comer, precioso Restaurante, con la cristalería adecuada, con su excelente servicio y con carta de vino actualizada, por cierto la semana que viene también se actualizará la carta. En esta ocasión comimos : Ensaladeta de rúscula i escarola am formatge curat i poma verda, pasonada amb nous i balsamic; entrecot a la sal amb d’alfábega i virutes de formatge idiazábal y de postre brownie de nous y avellanes amb xocolate calent y selat; vino Anima Negra 2001 y un dulce rico Domaine de Nidoleres, Vendimia Tardía, francés. Precio estupendo, sobre 24 euros, vino no incluido en el mismo. Seguimos recoméndandolo absolutamente.

IMPRESIONANTE,restaurante muy bonito con adornos futuristas,cocina trabajada y bien presentada,temperaturas correctas y cantida exacta,incluso sobrau un postre en el menu degustacion,volvere.

Francamente no os recomiendo demasiado este restaurante. Es bonito, con la decoración estilo modernista y ambiente agradable. Pero la comida deja bastante que desear. Es la primera impresión que me dió, pero volví hace poco y sólo sirvió para ratificarme. Saludos