Un trato exquisito

Llegamos al restaurante después de visitar a Fernando en la bodega y haber catado "algunas" cosas interesantes. Fernando ya nos acompañó desde la bodega al restaurante y nos acomodó en una mesa redonda con unas preciosas vistas al bosque pegado a la bodega. Mesas de madera, manteles de hilo y copas Schott.

Antes de haber recibido ni la carta apareció Fernando con una botella de un godello de la añada 2009 procedente del viñedo denominado Cortezada. Nos lo sirvió y pudimos probar la magnífica evolución de un vino del que la añada actualmente en el mercado es la 2011. Ni rastro de oxidación, todos los aromas siguen presentes en el vino y en boca espectacular con una gran vida por delante. Magnífico comienzo. Para acompañar el vino nos trajo unos mejillones de un calibre poco normal hechos al natural. Daba la impresión de que te estabas comiendo directamente el mar. Para uno que, aunque no ha nacido en zona de mar, lleva viviendo media vida pegado al océano, fue una gran sorpresa encontrar tan buen material en un sitio tan recóndito. Claro, como estaban tan buenos pedimos una buena ración como primero.

Después de ojear la carta pedimos al camarero y los platos fueron apareciendo:
- Revuelto de grelos y gambas: Todo en su sitio, sabor perfecto de los grelos y gambas no demasiado grandes pero buenas igualmente.
- Mejillones: Lo dicho, increíbles.
- Éramos 4 y de segundos pedimos: chuletón, entrecot de buey, jarrete estofado al vino tinto con castañas y bacalao a la parrilla.
Yo tomé el chuletón, con una carne tierna y perfecta de punto, pero pude probar todos los demás platos. Buenísimo el jarrete estofado, la carne se deshacía en la boca y la salsa que acompañaba con las castañas como para mojar pan y no parar, de hecho lo hice ;-)
El entrecot perfecto de punto también y con muy buen sabor y el bacalao era un buen taco con el punto de plancha exacto.

Para acompañar la comida dejamos a Fernando que nos pusiese lo que quisiera y nos trajo un Algueira Merenzao 2009 que estaba espléndido. Ese año adicional que ha pasado en botella le ha sentado de vicio.

De postre pedimos tartas de queso y flan de café, ambos postres caseros y muy buenos también.

Por último y antes de los cafés apareció de nuevo Fernando con una botella de vino blanco sin etiquetar de la que nos sirvió una copa a cada uno. Intentamos adivinar de qué se trataba y, aunque no estuvimos lejos del todo, no acertamos. Se trataba de un vino hecho en el año 2009 de uva treixadura que habían recogido con más de 14º, algo totalmente anormal tanto en la uva como en la zona. Se trataba de un experimento que no se ha comercializado todavía pero que es posible que se haga e un futuro no muy lejano. Un vino especial, con un poco de sobremaduración y que daba la impresión de ser el vino que se hacía hace 100 años.

Nos despedimos de Fernando agradeciéndole el magnífico trato recibido y felicitándolo por la buena cocina del restaurante.

Poco más puedo añadir, un restaurante con una gran materia prima que no estropean posteriormente en la cocina y en el que la cercanía de sus dueños hace que sea un sitio especial.

  • Bacalao

    Bacalao

  • Chuletón

    Chuletón

  • Mejillones

    Mejillones

  1. #1

    Kintiman

    Que grande Fernando, hombre peculiar donde los haya y gran anfitrión.
    Ese blanco que comentas, puede que también le probáramos nosotros cuando lo visitamos, lo tenía en un pequeño deposito de inoxidable a la entrada de la bodega.
    Solo os faltó castigar un poco el hígado con sus magníficos orujos, jajaja.

  2. #2

    Alberto.Freire

    en respuesta a Kintiman
    Ver mensaje de Kintiman

    Lo de los orujos a mí ya me supera, no puedo con ellos, así que mejor no haberlos probado ;-)
    Un abrazo!!

  3. #3

    oscar4435

    Mejillones gallegos , un placer , que no es fácil de conseguir , ya se que mejillones hay muchos , pero como los que he comido en Galicia , solo los he comido en Galicia .

  4. #4

    Alberto.Freire

    en respuesta a oscar4435
    Ver mensaje de oscar4435

    Nosotros aquí quizás no los valoremos en su justa medida porque los conseguimos muy fácil y a un precio ridículo pero desde luego que son un manjar.

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