Un restaurante de referencia en la costa de la muerte, con espectaculares vistas al estuario del rio Anllóns y al monte Branco, que apuesta por materia prima gallega de calidad.

Como entrantes:

“Pulpo a la brasa con puré de patatas a la pimienta”. Pulpo bueno, y el puré brutal.

“Croquetas caseras de cocido gallego” Muy buenas, con un sabor diferente y extraordinario.

Principales:

“Pastel de marisco” Correcto.

“Bonito en temporada con tres texturas de tomate” Extraordinario.

“Merluza a la gallega” Muy buena, gran producto.

“Merluza sobre arroz meloso de trufa y langostino”. La merluza de nuevo muy bien, pero el arroz meloso (casi risotto), no nos convenció.

Varios postres casero de helado, en el que destaca el espectacular “Brownie de chocolate con xelado de chocolate e natillas”.

Servicio de sala muy atento y familiar, pero absolutamente desbordado en época veraniega.

Carta de vinos interesante, desgraciadamente con añadas muy jóvenes, nos informan de la dificultad de aguantar añadas anteriores en época veraniega. No recuerdo elección. 

Menú: chipirones, pulpo a la brasa, san martin con huevas de lumpo y entrecot con crema de algas.
Los pescado muy ricos. El fallo es el punto de cocción, demasiado hecho. No obstante, el san martin es gelatinoso, pleno se sabor y las espinas laterales crocantes.
La carne, el entrecot baja muchos puntos. Una pena.
Buenas vistas y RCP muy buena.

Excelente sitio, confortable y decorado con mucho gusto, en un lugar privilegiado con vistas a la ría. El servicio impecable. La bodega de vinos muy cuidada y bien seleccionada. La comida correcta, sin grandes pretensiones, buena calidad de producto sin excesiva elaboración. Merece la pena.

Alta cocina gallega con buena relación calidad precio, buen servicio , un comedor muy alegro y trato excelente , vista a la ria.Carta basada en platos galegos ,ofrecen algún plato exquisito. Muy buena bodega con vinos de distinto origen y por supuesto vinos gallegos