No coincido con los dos comentarios sobre este restaurante, aunque naturalmente, respeto esas opiniones. Lo de la carta cantada no tiene gracia cuando entre dos personas pagas 110 euros con: un albariño mediocre, unos postres tópicos, sí, caseros porque están hechos en casa, pero eso no les da el marchamo de "buenos"; un tartar de... butifarra, de cerdo, o sea, sorprendente, unos entrantes vulgares... Lo que comimos da justo para un menú de 15 euros, sin el vino. Y con otro plato que no sea el tartar.
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