Restaurante Casa Lucio en Barcelona
Restaurante Casa Lucio
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Dirección:
Cód. Postal:

Añadir tipo de cocina

Añadir vino por copa

Precio desde:
35,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
domingos tarde y lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
42 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.0
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
6.2
RCP CALIDAD-PRECIO
7.3
Opiniones de Casa Lucio
OPINIONES
17

Hace muchos años que voy a casa Lucio y no deja de sorprenderme. Creia que habia escrito en verema y acabo de comprobar que no...Aquí mi opinión.

Es mi clásico de Barcelona y al que intento ir varias veces al año para deleitarme de la cocina de Maribel. Voy en invierno porque en verano prefiero terrazas y creo que no tiene espacio para colocarla.

Creo haber probado todos los platos pero siempre aparecen nuevos que si son de mi gusto los "incorporo".

Clásicos del sitio:

Tortilla de Gorgonzola y camagrocs (brutal)
Mango, Jamon y Foie
Callos
Pies de cerdo de diferentes maneras.

Siempre que he llevado a alguien repite por su cuenta.
Vinos seleccionados y a precios asequibles.

El único problema es que no hay carta pero últimamente y entiendo que debido a la crisis ha ajustado precios.

El lugar muy agradable (tipo Bistrot francés) aunque algo ruidoso cuando esta lleno. La atención de Lucio y de Patricio inmejorable

Mala experiencia la que vivimos en este restaurante. Buen servicio hasta que pedimos los platos. A partir de aqui ya se olvidaron de nosotros. 35 minutos para que trajeran el primer plato. 40 minutos para traer el segundo plato. 20 minutos para postre para despedirnos con un ir "aligerando" que es tarde. Llegamos para cenar a las 21:30 i acababamos los postres a las 00:30.

La comida correcta pero nada del otro mundo. Yo comi pastel de pescado y centollo bastante insipido y de segundo butifarra con shitake que estaba bastante buena. De postre pecadi de chocolate= 5 bombones.

Para beber Pago de Carraovejas crianza 2008.

No lo recomiendo bajo ningún concepto.

Muy recomendable este restaurante bodega Casa Lucio.
Espacio de dimensiones algo reducidas en un semisótano con un patio de una típica parcela de l’Eixample barcelonés, decorado al estilo tipo vintage, mobiliario antiguo distribuido correctamente, con buena separación, paredes i techo respetando la antigua edificación. En la entrada una barra a mano izquierda donde podemos degustar varias tapas caseras o comer y a mano derecha una exposición de los vinos que podemos beber (diversas DO casi toda españolas y dos o tres marcas de cada zona, vinos muy acertados).
Trato exquisito, te sientes como en casa, ambiente familiar y cercano, te sientes muy a gusto.
El funcionamiento del restaurante no es al uso, según nos explico Lucio, el llega a las 11:00h y le pregunta a su mujer (la cocinera) lo que hay para ponerlo en la carta, entonces él coge una libreta, se lo apunta y te viene a la mesa a explicarte lo que hoy presenta, no tienen carta, es muy divertido ya que si no te queda claro o te cuesta decidirte te lo vuelve a repetir las veces que quieras, a demás si te dejas aconsejar, seguro aciertas.
Comimos muy bien, platos en su justa medida, platos caseros pero con toques personales de la cocinera, de primero canelones de setas espectacular y berenjena rellenas de verduras con parmesano también muy buenas, de segundo “micuit” de pato con dados de naranja y magret de pato con esparrago triguero, buenísimo todo, no hizo falta que limpiaran los platos, de postres unos dados de fresa chocolate y crema exquisitos.
Hasta el café lo encontré buenísimo, todo productos de calidad.
Servicio de vino correcto, vi varias cajas de copas Riedel, a nosotros no nos tocaron, tomamos un Crisaris 2009 aconsejados por Lucio, también acertó.

Un ambiente muy agradable, la comida correcta en cantidades, sorprendente en la presentación, deliciosa en el sabor!! y el servicio excelente! Lugares así quedan muy pocos en Barcelona. La simpatía, ni fingida ni forzada, es de agradecer. Eso sí, el espacio es muy reducido, por lo que se presenta como un lugar acogedor pero difícil de encontrar mesa si no has reservado. A destacar los platos de fois! En el vino nos dejamos aconsejar, y las dos veces que estuve, acertó. Una nota curiosa para el lugar es que no sabes qué pagas "exactamente" para cada plato o para el vino... Al salir, pides la cuenta en la barra, Lucio la hace, te dice el número, pagas y te vas. El hecho de que no preguntas más es porque ya ves que lo que pagas, ¡es justo!

Ya la entrada es agradable, de madera en rojo y acristalada, recordando los cafés de antaño, lo primero que te encuentras es un gran expositor lleno de vinos a tu derecha y una pequeña barra a tu izquierda y sobre ella una vitrina que esta repleta de aperitivos, cecinas y quesos, en este caso para acompañar las cañas tomamos unos mini pimientos rojos frescos rellenos de crema de queso ligeramente picante, miras a tu alrededor y ves pizarras donde te ofrecen vinos y cavas.
Pasas al restaurante bajando al fondo y cuenta con una sala frontal y otra lateral ambas pequeñas, pero te encuentras en un ambiente muy acogedor, la carta cantada, me quedo con las habas con ceps y el bacalao ajoarriero así como la tarta de chocolate rellena de crema de mango, pero cualquiera de las opciones que te cuenta, hace que empieces a salivar automáticamente, en nuestro caso ofreció vino por copas y no puso reparos en elegir cualquier vino, en este caso un acustic 2007, cuando sales pagas la cuenta y te pregunta por las copas sin mirar la botella, en este caso fueron tres copas, Lucio pendiente sin agobiar.

La misma decoración, la carta cantada con todo lujo de detalles por Lucio, Maribel que cocina de maravilla lo que mejor encuentra en el mercado. Como siempre. Cocina casera con toques personales y auténtica.
Aperitivo con vermouth de la casa (de verdad artesano)y unas anchoas aliñadas maravillosas.
Seguimos con una ensalada de mojama y un timbal tebio de pulpo y patata (impresionante), y ahora que empieza la temporada, nos decidimos como segundos por unos huevos estrellados con rovellons (increíble la perfecta combinación). Todo acompañado de un Gran Caus rosado 100% Merlot (me gustan estos rosados afrutados que se toman fríos)y perfectamente servido en copas Riedel. Un postre compartido de trufas variadas caseras, 2 cafés y dos maltas jóvenes recomendados por Lucio y servidos en su correcta copa. Total 115 € para dos personas.

Fuimos en marzo 2007.
El resturante quizas es demasiado "acogedor", por la demas el servicio bastante bueno, aconsejados por el dueño (no hay carta) degustamos magnificos platos , los postres magnificos

Para mi es uno de los imprescindibles de Barcelona. Su calidad, el trato agradable, la selección exquisita de productos y el amor con el que se sirven.

"Os costará, pero podeis encontrar mejores anchoas en Barcelona, o al menos igual de buenas, pero nunca tan limpias".

Lo mejor no es ir, lo mejor es repetir de forma asidua...

Pues yo cada vez que voy al Lucio salgo encantada. Cierto es que ya se a lo que voy y tambien cierto es que barato no es. Nosotros nos aposentamos en la barra y esperamos cual pajarillo hambriento con la boca abierta a que Lucio tenga un hueco y nos tome nota.
Las tapas de la barra me encantan. Oh que berberechos!!!!!!! Después los platillos de Maribel con sus magnificas salsas. Es el único sitio en el que tomo entrañas y demas "cosas raras" que si me viera mi santa madre se daría con un canto en los dientes.
En cuanto a la bebida, cerveza buena (tanto la alhambra como la de grifo), vermouth de la bota Yzaguirre y vinos algo carillos. Las copas correctas sin más. Temperatura del vino buena (a mi humilde pareceer, claro).
Los postres son buenos. Algunas creaciones de Marible son sublimes. Otras son más normalillas y no por eso menos buenas.
Resumiendo siempre que vamos pasamos un rato agradable y nos reímos mucho (sí, el vino influye).
Ah, y como no, los copazos de ron Zacappa de PM

A pesar del "bombardeo" defensivo de Casa Lucio que, según constato, ha seguido a mi comentario, insisto en lo que dije. Eso sí, objetivando la cena, no basándome en simpatías, amabilidades y folclores. Lo siento. Y allá cada cual con su paladar y su bolsillo.

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