Mantiene sus virtudes y defectos

He vuelto en un par de ocasiones en el último mes, y como decía en el título, tiene las mismas virtudes y defectos que en el pasado. Se trata de un restaurante japonés donde se hace un sushi y sashimi de buena factura. Nosotros, además, hemos probado el pollo relleno, los rollitos, el arroz con gambas y los tallarines, y nada es para tirar cohetes, pero no hay ningún motivo de queja. El local es muy tranquilo, y se puede mantener una conversación perfectamente. El servicio es rápido y atento, a cargo del propietario. El local, bien es cierto, a primera vista parece un tanto antiguo, pero se conserva limpio.
En cuanto a los defectos, pues tanto servilletas como manteles son de papel, la carta de vinos es escasa y las copas, tipo flauta, no ayudan. Como aspecto positivo, se puede cenar bien en torno a los 18-20 euros. A mi no me ha defraudado nunca, si tienes en cuenta lo que esperas pagar por lo que esperas recibir.

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