Primera visita a Barcelona tras dos años de pandemia, con ganas de descubrir nuevos restaurantes. El elegido para abrir nuestro pequeño periplo fue Windsor, un restaurante, con un plato Michelin y un Sol Repsol, situado en la Dreta de l'Eixample en el principal de un edificio de corte modernista, donde habíamos reservado para ir a cenar el 27 de diciembre del 2021.

El local, con una entrada señorial, es acogedor, grande y muy bien decorado, con varias salas, de corte clásico pero combinando diferentes ambientes llenos de contrastes que le dan un toque de modernidad y una magnifica terraza y jardín exterior.

La cocina está dirigida por el Chef David Rodriguez que elabora una cocina catalana actualizada, de mercado, a base de productos de proximidad y Km 0, que cambia según las temporadas, proponiendo 2 menús, una carta de tapas y platillos, y una interesante carta con una veintena de elaboraciones mas los platos del día.

Tras mostrar el pasaporte sanitario de la UE al entrar, nos ubicaron en una mesa situada en la parte cubierta y cerrada de la terraza. Mesas bien vestidas, muy bien separadas las unas de las otras, buena mantelería, buena vajilla (personalizada) y cubertería y buenas copas con el logo del restaurante y con cómodos sillones de jardín. El servicio de sala, sin tiempos muertos, fue muy bueno, amable y profesional. El servicio del vino llevado acabo por la sumiller, también lo fué, consistió en descorche, primera cata y servicio continuado durante toda la cena. La carta de vinos me pareció interesante aunque con precios algo subidos. El restaurante que debía estar con un aforo del 50% se llenó.

Cenamos a la carta (3 personas) y con platos del día.

Primeramente nos sirvieron unos aperitivos, olivas gordal y unas chips, en el centro de la mesa y uno individual, que no recuerdo lo que era, pero si que recuerdo que estaba bueno.

Como entrantes,

primeramente compartimos :

Una tapa de Carxofes en tempura amb all negre. Alcachofas en tempura con ajo negro. Buen producto, bien elaborado, nada aceitoso, pero para mi gusto un rebozado algo mas fino hubiese sido mas de mi agrado. Muy bueno.

Siguieron individualmente :

Ou a baixa temperatura, girgoles, i crema de bolets amb cansalada.  Huevo a baja temperatura, girgolas, crema de setas con panceta. Mi hija lo encontró muy bueno

Raviolis farcits de gambes i llagostins (2). Raviolis rellenos de gambas y langostinos. Un platazo. Excelente

Como platos principales tomamos

Turbot a la planxa , endivies al buit, avellanes, tòfona i demi-glace d'espines (2) Rodaballo a la plancha, endivias al vacio, avellanas, trufa y demi-glace de espinas. Perfectamente cocinado en su punto. Muy bueno.

Llom de cérvol amb salsa pebrada i fruits vermells. Lomo de ciervo con salsa de pimientas y frutos rojos. Según apreciación de mi hija  también muy bueno.

Los panes que acompañaron la cena, de la Fleca Balmes 1909, muy buenos.

No tomamos postre, el cuerpo no daba para mas.

Para beber tomamos una botella de agua grande y una botella de vino blanco con crianza Caminante Terra Remota 2019 DO Catalunya. Cepajes 40% Garnacha Blanca – 30% Chardonnay – 30% Chenin. Agricultura Ecológica " Fermentación a temperatura controlada (15-17°C) en depósitos de inox y barricas de roble francés con bâtonnage. Crianza sobre lías finas durante 8 meses. Ensamblaje al final de la crianza y embotellamiento ". Vino fresco, mineral, muy elegante, potente y persistente en boca. Ya lo conocíamos y nos gustó.

Finalizamos con tres buenos cafés y unos deliciosos petits fours evocando las baldosas del Eixample de Barcelona.

La cuenta ascendió a 75,58 €/persona. Buena RCP.  Muy buena cocina y servicio en un ambiente agradable. Recomendable. Volveremos cuando se presente la ocasión.

Local situado en el "eixample" barcelonés muy cerca del Paseo de Gracia el local ocupa los bajos de una finca clásica de esta zona con entrada por la escalera de vecinos,está dividido en varias salas, utilizan también la terraza posterior acondicionada con un ambiente más informal, muebles clásicos,grandes lámparas colgadas del techo, mantelería de calidad así como la vajilla y cristalería, en sus paredes cuelgan cuadros de grandes dimensiones, impresionistas y de vivos colores contrastando así con el clasicismo del mobiliario.
Buen servicio tanto del maitre como del sumiller aunque este último intenta venderte los vinos caros de que dispone en la carta, caros ya de por sí puesto que los precios están incrementados casi x 3.
También buen servicio de mesa.
Compartimos los primeros que consistieron en buñuelos de bacalao y seis filetes de anchoa con pa amb tomaquet, éstos tienen precio unitario, anchoas de excelente calidad.
Los segundo bacalao guisado a la mediterránea y ventresca de bonito a la plancha. Excelente calidad de los pescados y muy bien tratados.
Agua de medio litro y un D.O. Penedés Castellroig Xarel-lo acompañaron la comida.
Cuatro cafés y un chupito de orujo.

sobre todo las mesas situadas al lado del jardincito interior.
Dejarse aconsejar

La verdad es que hemos salido encantados, gran variedad de elaboraciones en la carta y ademas la posibilidad de tomar medias raciones de casi todos los platos.La carta de vinos muy extensa y con muy buen gusto elaborada, puedes tomar vinos franceses mas baratos que en la tienda, además la posibilidad de tomar vinos a copas en una carta reducida. Trato impecable del servicio, denotan una gran profesionalidad, nos sentimos muy agusto. 100% recomendable.

He anat unes quantes vegades al Windsor i sempre n’he sortit encantat. La seva cuina té el punt just entre la modernitat i el classicisme. La presentació, original sense ser excèntrica. El servei molt educat i discret. La decoració elegant. L’ambient general és agradable, sense sorolls que destorbin. El preu molt ajustat al que reps. Quan vull anar sobre segur, acostumo a triar aquest restaurant.

Muchas han sido las veces que hemos estado en el Windsor y entre ellas ayer mismo. No deja de sorprender que siempre cenemos muy bien, y digo muy bien porque así es. No es un lugar medíático, ni de cocina creativa, tampoco un clásico. Es un lugar donde se cena fantásticamente, en un local de cine y con un servicio joven y entusiasmado con lo que hace, y eso se nota. La carta es muy variada y siempre encontramos muchas novedades (vamos cada 4 o 5 meses), además tienen un menú degustación por 36.00 € excelente. En el capítulo de los vinos nivel alto-muy alto. Ayer tomamos un Pechtein 2001 de cine. Os lo recomiento para cuando esteis un poco saturados de "modernidades".

Siempre salimos contentos. Menú degustación ligerio ideal para cenar sin salir harto. Servicio muy atento. Vinos de todos los precios. Pedid mesa cerca del jardincito.
Mucho guiri pero ambiente agradable.

Local de muy buen gusto tanto en las formas como en el fondo. Buena materia prima y cuidada presentación acorde a lo que se espera de un local de estas características. El trato profesional y correcto, aunque algo flojo el sumiller (buen conocimiento pero algo tosco en las formas). La carta de vinos muy completa y las copas adecuadas. El jefe de sala nos brindó un trato excelente. El atún delicioso y el steak tartar muy digno. Cenamos a la carta por 70 EUR p/persona incluido vino y postres, precio correcto aunque el vaso final de grappa del Barolo por 9 EUR fué excesivo. Bebimos un Gran Caus Rosat del 2003 en total esplendor a coste de 2x. Repetiremos sin duda, aunque las notas de gas me sobran.