Un poco decepcionado

Otro viejo conocido, al que había visitado en 2006 y en 2007 y del que había guardado un excelente recuerdo. Lucas Maes, es un Chef de origen belga, que antes de instalarse en Tenerife en 1998, paso por los fogones de diferentes restaurantes estrellados en Bélgica y Francia. Su restaurante esta galardonado con un sol Repsol y esta recomendado por la guia Michelin. Esta ubicado en la Orotava, en una magnifica casa de estilo colonial de principios del siglo XX, con una terraza exterior y un bonito jardín chill out. Tiene parking.
Las mesas están bien vestidas, bien separadas las unas de las otras, con vajilla, cubertería y copas acordes con el status del restaurante. El servicio de sala es bueno y el servicio del vino también, tiene una buena bodega. En algunos momentos el servicio de mesa fue algo lento.

Habíamos reservado varios días antes para la noche del sábado 13 a las 20h30 una mesa para tres personas, en su terraza exterior y al llegar me encontré con que nos habían adjudicado una mesa en el interior. Al no aceptar la ubicación( primeramente por principios y además porque hacia una noche fantástica) me alegaron que todas las mesas en el exterior estaban reservadas a lo que respondí que la mía también... la solución fue instalarnos a los tres en una gran mesa redonda para 10 personas... no nos faltó sitio.

El restaurante proponía tres opciones : carta, menú del día y menú degustación

Para empezar, mientras decidíamos lo que ibamos a cenar, nos tomamos unos vermouths Martini, bien preparados. Hubiera preferido un Yzaguirre pero solo tenían la marca citada.

Optamos por el menú degustación (40 €) :

Primeramente nos sirvieron :

Snacks, panes y salsas compuestos de chips de raviolis, queso fresco con especias, galletitas de queso y aceitunas maceradas. Panes variados de la casa (tomate, curry, aceitunas negras y frutos secos) y salsas de pesto, tapenade y sal maldon ahumada). Buenos

Siguió un entrante Piña Colada Buena

A continuación llegaron 2 platos mas :

Tartar de atún macerado en mostaza de grano y soja, con sorbete de mango, wasabi y jengibre . Bueno

Ravioli de queso flor de las nieves con cantarelas, trufa negra y parmesano. También bueno

Siguió el plato de pescado :

Vieiras a la parrilla con yogourth griego y fruta de la pasión Francamente me esperaba otra cosa como pescado del día, me parece una solución de facilidad... Bueno

Y el de carne finalizó la serie de platos salados :

Carrillera de cerdo Ibérico sobre puré suave de papa y tomillo, ragoût de champiñones y apio y salsa de su cocción . Tal vez lo mejor de la noche.

Como postre nos sirvieron :

Tocino de cielo con espuma de yogourth y caramelo Me pareció bueno, sin mas, un postre muy poco elaborado para un restaurante de este nivel.

En conclusión todo estuvo bueno, pero no me entusiasmó, dentro de una semana seguramente lo habré olvidado.

Para beber tomamos una botella de agua grande y un excelente vino blanco criado en barrica de roble durante 4 meses tras una fermentación varietal y posterior couppage del Valle de Guîmar Los Loros DO Valle de Guimar Bodegas Borujo, cepajes 40% Gual, 30% Marmajuelo y 30% Moscatel. Me gustó mucho, recuerdo su color amarillo dorado, tiene mucho cuerpo, es fresco, elegante, con una larga persistencia en boca. No recuerdo la añada.

Finalizamos con tres buenos cafés.

La cuenta ascendió a 60 €/persona, buena RCP. Estuve un poco decepcionado, porque las dos veces anteriores me sorprendió, y esta vez francamente no, me pareció un menú un poco "passe partout ". Buen producto, bien cocinado, pero sin duende. No se si volveré, tal vez lo haré por curiosidad, para ver la evolución. No lo desaconsejo, está considerado uno de los mejores restaurantes del norte de la isla, pero a mi está vez no me convenció.