En la zona vieja de Requena (cuesta llegar a la primera) este restaurante ofrece una cocina de mercado con muchos altibajos. De primero tomamos al centro

-Queso en aceite con ¿orégano molido? muy bueno, la hierba le daba un toque especial.
-Ensalada de queso de cabra con jamón y laminas de piña y manzana. Combinación muy rica con el jamón a la plancha sirviendo de contraste.
-Huevos fritos con jamón y brocheta de patatas (plato que difícilmente falla.

El problema viene con los segundos. Quizás no es lo más inteligente pedir en Requena (zona de embutidos) un plato de merluza o un plato de melva a la parrilla puesto que ambos pescados estaban totalmente pasados de cocción y muy resecos. Una lastima después de los entrantes tan ricos.
De postre un brazo de gitano con helado de chocolate (diría que repostería industrial pero de cierta calidad).
La carta de vinos realmente escueta con unos 15 o 20 vinos de la zona de Utiel-Requena en su gran mayoría. Conservados en una cava la pena es que el servicio consiste en descorchar (ni siquiera dar a probar). Bebimos Sanfir 2004 que estaba en su punto (aunque con un extraño precipitado en el corcho).
Terminamos con cafés y un Glenn Grant’s; whisky de malta que no conocía y resulta realmente agradable por su suavidad.
En resumen, una pena por los fallos ya que el entorno y el servicio es agradable. Quizás debería centrarse en los productos de la región.

Hemos pasado el fin de semana varios matrimonios para comprar el cava para navidad como hacemos todos los años desde hace 7.
En la comida Ana nos preparo un menu de platos tipicos de la zona todo buenisimo ajoarriero, que hizo su padre (excepcional), embutidos de requena con patatas a lo pobre y huevo frito, morteruelo y para final gazpacho. todo regado con un emilio clemente tinto

Para la cena un foie mi cuit, ensalada templada de gambas y carpaccio de ternera con un plato a elegir entre solomillo, cochinillo, carrillada y bacalao.

Yo creo que todo muy bien RCP.

Estuve aljada en el hotel y la verdad que las habitaciones dejaron un poco que desear... estaban decoradas del estilo de la casa de mi abuela.... le hubiera faltado un toque mucho mmas moderno. El restaurante estupendo.. calidad precio bien y la comida estaba muy rica.

La comida, correcta, elaborada. Recuerdo con agrado el foie fresco y algunos platos adornados con flores comestibles. En la carta, caldos de la zona y también vinos franceses. Nosostros nos atrevimos con un Mouton Cadet reserva del 2000.
El ambiente del restaurante es un poco distinto del convencional al estar ubicado en una casa rural, pero resulta agradable y acogedor, aunque un poco pequeño. Recomendable para los que buscan buena comida en ambientes distintos.