Precioso lugar, algunas de sus salas son verdaderos museos. Nada mas

Precioso lugar, algunas de sus salas son verdaderos museos.
Nada mas entrar puedes tomarte un aperitivo junto con un plato de jamón en su magnifica bodega.
Elegimos un menú degustación, dos aperitivos, dos entradas, dos pescados, dos carnes, tres postres y los petit fours, me quedo con el arroz caldoso de calasparra con gamba roja de Santa Pola (primero las colas de las gambas marcadas a la plancha y después el arroz realizado con sus cabezas) y con la pluma de cerdo ibérico simulada a la brasa, puré de patatas ratte con bombón liquido de aceite de oliva al carbón vegetal, hojas y gominola de mostaza fresca.
El pan de aceitunas negras con pimientos rojos y un pan de cereales, hay que tener mucho cuidado con no “panear” son raciones muy generosas y llegas a la pluma lleno con el inconveniente de no apreciar un magnifico plato.
Lo acompañamos con un par de blancos, Val de Sil, Godello Valdeorras, Rosacker, Riesling 2000, Alsace, Gran Cru, un tinto Casa Cisca de Bodegas Castaño y un Moscatel DO Málaga.
Un servicio atento y cordial, resaltando a Manuel, tengo que poner un pero y es que en un par de platos, te lo quitaban casi sin llegar a terminar el mismo.
RCP bien, menú degustación 55+IVA y si lo coges con el maridaje que te recomiendan 100+IVA. Recomendable.