Precioso hotel situado en una callejuela detrás de la catedral de Barcelona.
Fui a cenar hace muy poquito y estoy en desacuerdo con el comentario existente.
El ambiente del restaurante es muy agradable, con encanto. Música chill out de fondo, volumen adecuado. Servicio cordial y atento. A mi parecer,sólo la somelieur es demasiado presuntuosa pero debo reconocer que sus consejos fueron acertados.Carta de Vinos extensa, un poco cara, pero opino que es completa. Almenos para una no-experta pero recién aficionada a la cata cómo yo.
Cenamos el menú degustación de 60 euros.
Sensaciona.
6 platos + prepostre y postre.
Con los 5 primeros platos: Malaveina 2000.
Con el ultimo plato: Foie:Moscatell.La combinación resultó muy acertada 10/10.
El prepostre era una gelatina de vodka con peta zetas. Muy extraño pero sorprendente a la vez, el toque excéntrico de la velada.
Postre:xocolate: vino dulce que potenciaba la combinación xocolate-pomelo.
Lamento no acordarme de los nombres del Moscatell y el vino dulce...
Abtenerse personas con poca tendencia a probar nuevos sabores o poco innovadoras.
En definitiva:Mi opinión: Muy recomendable para ocasiones especiales.
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