La Tasca Angel me desplaza a rincones ya olvidados, esos pequeñois sitios

La Tasca Angel me desplaza a rincones ya olvidados, esos pequeñois sitios que atestiguan la existencia de un pasado de menos escaparate y más trato humano. La velocidad es seña de identidad, la calidad de sus productos, siempre frescos y comprados en el día en el Mercado central de Valencia, es insuperable. El aspecto es de lugar descuidado, pero es necesario para mantener lo que un día nació con vocación de no cambiar a la velocidad de los deseos y necesidades que nos asaltan. Imprescindible pedir ajoarriero, sardinas, combi (pimientos de padrón+champiñones) y lleterolas (mollejas de cordero). La oferta de vino es escasa pero en un lugar como este la bandera de Barbadillo sobra para vestir sus productos. Comer de pie, tener paciencia, remontarse al pasado, mutar en tabernero y doblar los brazos hacia atrás. Que buen lugar.