¿Qué pasa si sumamos los dos entornos?

Pues supongo que un diez, al menos por mi parte.
Obligada visita si estás por la zona. Pero también, tentadora visita desde Valencia como escapada para comer, porque el restaurante lo merece. Enclavado en un paraje precioso que invita, además del paseo, a un merecido descanso en uno de esos bancos que quedan dispersos por el jardín.
Cocina creativa con excelente presentación. Raciones, pese a la advertencia del jefe de sala de que eran pequeñas, más que apropiadas. Se nota que es una zona con otro concepto de la cantidad.
Un jefe de sala que llega a todo, cosa que las mesas agradecen, pues sus explicaciones van más allá de cantar los platos.
Cóctel de bienvenida, un Dry Martini suave que se agradeció en un día de calor.
Optamos por el menú gourmet (42.50 €), que nos pareció más apropiado por el tiempo en el que estábamos que el gourmand, más contundente y basado en lo tradicional. Habrá otra vez.
Me gustó muchísimo el aperitivo previo al menú, una crema de queso de la sierra con punta de anchoa ahumada, trocitos de manzana y humo líquido, impresionante.
- Ensalada templada de vieira y tallarines de tinta de calamar. Frescura y sabor de entrada, tallarines hechos por ellos, y una salsa amostazada que iba muy bien con la ensalada.
- Croqueta de cabritillo de la sierra de Albarracín con espuma de ajo-aceite. Llevaba tambíen un puré fino de patata, la croqueta en sí, buenísima, con abundante carne, vamos, de masticar, pleno sabor.
- Timbal de queso fresco frito con verduras. Medallón de queso de cabra partido por la mitad y en su interior una rodaja fina de calabacín y otra de tomate. Acertado.
- Lomo de bacalao de anzuelo con velo de pulpo y reducción de blody mary. Bacalao fresquísimo que se deshojaba, con láminas de pulpo plancha. Reducción esparcida alrededor del plato una vez en la mesa. Nos gustó mucho.
- Presa ibérica de pura raza sobre lecho de risotto de boletus. Carne jugosa, rosadita por el centro, buen arroz, pero lo veo más por separado, quizá me hubiese gustado más otro acompañamiento.
Dos postres para finalizar dicho menú a buena altura también. El primero más con mi estilo:
- Sorbete de helado de frambuesas y fresones con crema helada de la pasión. Fresquísimo.
- Pastel de sacher con vainilla de tahití. Bueno, más dulce evidentemente y el que me acabó por llenar del todo.
Tres tipos de pan a elegir al inicio de la comida; rústico, integral y con pimentón, que fué el elegido. Tamaño grande del pan, de miga harinosa. Hubiese sido más acertado para mojar en el aceite, ya que fué aquí donde se consumió principalmente, el integral. También tres tipos de aceite; bajo aragón (supongo que de variedad empeltre), arbequina de Reús, y picual de Jaén. Optamos por los dos primeros, más maduro y suave el aragonés.
Tomamos para acompañar, un viognier 2009 de Venta d'Aubert (18 €), previamente envinado y a correcta temperatura, logicamente con su cubitera al lado para controlar.
Me hizo gracia lo de "tenemos aguas de todo el mundo", pero nuestro escaso snobismo nos hizo pedir la de la casa, Solan de Cabras (3.5 €).
Cuatro tipo de sales al centro de la mesa, Himalaya, ahumada, Maldón, y no recuerdo la otra. Poco uso hicimos de ellas.
Tienen carta de cafés, infusiones y tés. Un detallazo de gran restaurante. Pedimos un té de canela y otro verde (2.50 € cada uno), a cual mejor.
Detalle de limoncello final.
Muchos detalles que complemetan una buena cocina. Muy recomendable.

Recomendado por 3 usuarios
  1. #1

    Craticuli

    Buen comentario, dan ganas de hacer una escapada nada mas leerlo.
    Gracias y saludos.

  2. #2

    Otilio Haro

    en respuesta a Craticuli
    Ver mensaje de Craticuli

    Gracias. Acércate, Teruel está cada vez más cerca.

  3. #3

    Craticuli

    en respuesta a Otilio Haro
    Ver mensaje de Otilio Haro

    Hombre, eso de que cada vez esta mas cerca no se yo, pero ganas de ir si que dan, lo intentaré.
    Saludos.

  4. #4

    G-M.

    Gran comentario, Oti.
    Es de mis restaurantes favoritos.
    Lo sigue llevando Sebastián? Es un tipo de unos 40 años, de Alcorisa, muuuuuuuuy buen profesional.
    Y no probaste la cerveza artesanal de por ahí (cerveza Mudéjar)? El la tiene.
    Y otra pregunta, que estoy hoy preguntón, ¿te enseñó el spa de abajo, el que ha hecho en lo que era "el batán"? (batán, era una especie de molino de agua donde a fuerza de golpes se curtía la lana y esas cosas....)

  5. #5

    Otilio Haro

    en respuesta a G-M.
    Ver mensaje de G-M.

    Gracias Aurelio. No intimamos, por lo que no sé su nombre, edad y procedencia. Pero si le echo esos años, no muy alto, delgado y moreno, con un hablar algo peculiar, como escondiendo la S. La sala estaba llena, su ayudante era una chica jovencita, correcta, pero que debe estar bajo su capa. Teníamos al lado a David Civera (creo que es turolense) que llegó con unos amigos de La Rioja, y aquí creo que falló, en el tema sociológico, pues no le puedes dar un Ribera del Duero a un riojano.
    Se me pasó comentar que los alrededores estaban salpicados por unas estupendas esculturas de forja en forma de insecto de José Azul, que hacían más encantador el sitio si cabe.

    Un abrazo.

  6. #6

    G-M.

    en respuesta a Otilio Haro
    Ver mensaje de Otilio Haro

    Muchas gracias Oti por tus amables contestaciones (aunque te has dejado la mitad de mis preguntas sin contestar)
    Un abrazo a la altura del bazo

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