Local de corte genuinamente mediterraneo: fresco, tonos blancos, algún azul, ladrillo, suelo de barro y mesas de madera.
Cocina griega tradicional.
Pedimos un menú degustación griego y no estuvo mal: Queso asado con piñones y Musaka. De postre Youghurth griego. Todo correcto sin más.
Carta de vinos cortita con 8 ó 10 referencias griegas. Tomamos uno de Creta aceptable, mal servido.
Servicio un tanto distante y no muy rápido.
Hay que detacar que este restaurante lleva "toda la vida" en Zaragoza, lo que tiene mucho mérito.

Restaurante griego abierto hace muchos años en Zaragoza, pero que ha ido cambiando de emplazamiento. Actualmente en una calle muy céntrica, cerca de una buena zona de copas. El lugar es agradable, bien iluminado, con bastante espacio entre mesa y mesa. Vajilla, cubertería y manteles normales, copas corrientes. Es un restaurante de cocina griega, y aunque yo no sea un conocedor de la misma y no pueda decir si estaba elaborada como debe ser, la verdad es que lo que comí estaba muy bueno y bien presentado. Las raciones correctas, para satisfacer y el precio asequible, unos 20-25€ por persona, vino incluído. La carta de vinos es corta, tanto en griegos como, sobre todo, en españoles. Pero uno no va a un restaurante griego atraído por su vino.