Nos devolvierón la fe.

Cena para 6 personas esta semana santa(sabado). Despues de 4 decepciones en restaurantes estrellados, no entrabamos con muchas alegrias, pero ya desde que entramos, empezamos a disfrutar. Platos bien elaborados, con mucha tecnica, puntos perfectos y lo mas importante, cocina con mucho sentimiento, tradición evolucionada y pocos paripes de tecnicas ultraemocionales. Nos encontramos con un local minimalista pero muy agradable y acogedor, con muy buena iluminación, (unos 70 metros de comedor 8 mesas)con mesas con la suficiente separación como para no ser molestados por las conversaciones de otras mesas. La cocina esta integrada en la sala, sin tabiques ni cristales y resulta atractivo poder observar como igual que un mecano van emplatando y saliendo los platos. Elegimos los vinos, ayudados por ellos, ya que queriamos probar vinos de la zona, primero un Godello llamado Madai que estaba fantastico y despues un Ultreia de Valtuille, que nos sorprendio por su frescura y armonia. El menu degustación (que es la unica opción) comenzo con un gazpacho de calabaza con su guarnición y mejillones al vapor. Muy buena convinación la calabaza con el toque avinagrado del gazpacho. Continuamos con su versión de un cocido Leones 3 en 1, Debajo repollo picadito y salteado, encima un rulo de la carne del cocido, fideos crujientes y un caldo turbio del cocido con garbanzos triturados que servia la camarera con una jarra, este plato nos sorprendio por su sabor a cocina bien hecha. Seguimos con una ensalada de calamar con conpota de cebolla, guisantes frescos, su alioli y patatas confitadas. Lo mejor de este plato fue la ternura de los calamares y sabor y punto de los guisantes. El pescado fue un bacalao confitado con hongos, una yema cocida por congelación y rebozada en unas migas de panceta ( increible la yema). La carne fue el plato que mas sorprendio ya que era un solomillo de vacuno, marinado durante 6 horas en un jugo de pimientos rojos asados y soja y despues cocido al vapor poco tiempo ya que estaba practicamente crudo pero caliente y con un sabor a pimientos muy bueno. El postre fue un postre de semana santa, torrija plancheada, nube de vino tinto, esponja de miel, galleta de canela y helado naranja. Todo esto por 36€ mas vino, cafes y licores. A este precio no se como hacen lo que nos dierón.
Fue una cena para recordar y borra todos los malos recuerdos de las malas experiencias en otros estrellados. Sin duda volveremos cuado estemos en otra ocasión el León. Gracias al equipo de COCINANDOS.

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