Fantástico descubrimiento. Local casi camuflado en una pequeña calle del

Fantástico descubrimiento. Local casi camuflado en una pequeña calle del centro histórico de Alicante, con una fachada y en general una estética muy original, minimalista pero muy cómodo y cálido. Personal muy amable, preparado y eficiente. El menaje y la cristalería perfectos. La jefa de cocina, María José San Román nos ofreció unas propuestas gastronómicas deliciosas entre las que destacaría el carpaccio de vieiras con alcachofas. El servicio del vino muy bueno y una carta muy original, ya que está divida por varietales y tiene un primer apartado dedicado a la Monastrell con una selección de vinos de la zona impresionante, nosotros tomamos un Sequé que nos sorprendió mucho. Precio del vino x1.5 tienda y comida 50€ con vino. Muy recomendable, volveremos seguro en Abril. Se puede llevar el vino y ellos cobran el descorche (opción bastante interesante).