Me sumo al comentario anterior, para que no se crea que es (o no sólo) spam. Una cocina personal, en una zona poco favorable. Se ha trasladado hace poco a un hotel, desde el minúsculo local anterior en el puerto deportivo, y con el cambio ha ganado espacio, en las mesas y los fogones. Son ahora dos socios, ambos cocineros, y se nota que lo hacen con más comodidad. Sólo matizaria levemente el entusiasmo del comentario anterior. La cocina, en torno al 3,5 (muy digna, pero sin llegar a muy buena-excelente). Los postres flojean. La bodega es también muy digna, a precios moderados: sorpresas agradables (Alleu) y olvidos sorprendentes (Coma d’en Pou de Barbara Forés, pero no el blanco de garnacha del año, de excelente precio y calidad, en un local veraniego y de pescado...). Por eso, y por las copas sólo pasables, un 3,5. Y el entorno, por supuesto, no merece un 5, máximo un 3, es un cómodo pero anodino comedor de hotel. Pero el esfuerzo, la sinceridad-honestidad de la propuesta y los precios moderados (sobre 35 persona, con vino) valen la pena, cuando se està por la zona por supuesto, o incluso con desplazamiento ex profeso.
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