Visita al día siguiente y sorpresa de encontrarte con que han cambiado la carta de verano pasando a una carta de invierno con algunos cambios y sobre todo alguna reducción de contenidos.

A pesar de ser sábado noche y tener atracción de música en directo hay poca afluencia de comensales pues parece que hay más gente en el hotel y van con oferta de pensión completa en fin de semana porque el buffet si que está lleno; ganamos en una atención personalizada y rapidez de servicio aunque me quedé sin el pulpo elegido antes de sentarme a cenar.

Cuatro para cena temprana y esta vez elegimos primero y segundo individual sin compartir entrantes al centro:

. flor de alcachofas confitadas con virutas de jamón y lascas de queso parmesano x 4: nos gustaron tanto que volvimos a cenar aquí solo por las alcachofas. Muy bien preparadas y recomendables.

. costilla ibérica asada a la barbacoa x 2: un pequeño costillar de cerdo ibérico muy tierno y perfectamente pasado por brasa aliñado con una buena salsa barbacoa; acompañan patatas a gajos (seguramente algo cocidas y luego fritas) y verduras troceadas a tacos a la plancha. Muy bien.

. calamar de playa a la plancha: tamaño medio y bien preparado según referencia.

. parrillada de verduras: con algunas verduras diferentes a la vez anterior y con mejor equilibrio entre los puntos de fuego de cada elemento. Referida como más que bien.

La carta de vinos es más limitada de lo que parecía en la nevera (estaban todos allí dentro) y con un exagerado clasicismo que quizás es lo que demanda aquí la clientela pero estaría bien ofrecer algo más de actualidad aunque fueran excepciones. Tomamos, aguas aparte, copas de Marina Alta blanco y un Rioja tinto del que no se nos informó nada más, con un servicio de traerlas ya servidas desde la barra sin ser una buena copa ni en tamaño ni en calidad del cristal aunque sí a perfecta temperatura.

Esta vez no hubo postres ya que lo dejamos para unas copas en el salón interior del hotel para alargar una sobremesa y despedirnos de la estancia.

Dentro del complejo residencial de PSN tienes la opción de buffet del hotel o bien cenar a la carta en este local que, bajo unos olivos ya con añitos, se abre en el jardín junto a las piscinas del hotel.

Es un local abierto con una barra a la entrada y mesas distribuidas por una terraza con dos zonas y en las que hay por la noche alguna atracción musical haciendo más agradable si cabe la estancia. Las mesas bien separadas y anchas, silloncitos cómodos; manteles individuales, copas cubiertos y vajillas correctos.

El servicio con exceso de personal para la poca clientela cumple de sobra; el ritmo de salida de platos de cocina es correcto. La carta de comidas cubre bien los apartados d entradas, arroces y pastas, pescados, carnes y postres; hay menú infantil. La carta de bebidas no la vi aunque en nevera se veía buena variedad de vinos; aquí sigue siendo pleno verano y optamos por 2 pintas de cerveza de presión y un agua grande grande (2 litros) de Solan de Cabres.

Para cenar decidimos compartir 2 entrantes más 2 postres y elegir un principal cada uno:

. fritura de pescado: con buena calidad y variedad (salmonete, boquerón, palayas, anillas de calamar), buena fritura y buena ración.

. parrillada de verduras: buena variedad de verduras (tomate, cebolla, trigueros, calabacín, pimientos varios..) que algunos estaban en su punto y otros algo al dente, siempre en buena calidad.

. flor de alcachofas confitadas con virutas de jamón y lascas de parmesano x 3: un par de buenas alcachofas muy bien preparadas y bien complementadas. Sobresaliente.

. calamar de playa a la plancha: servido entero (como debe ser), buen tamaño, buen paso por plancha y bien aliñado. Muy bien.

. tarta de mousse de queso con salsa de frambuesa: bien la mousse pero nada destacable.

. tentación de chocolate: tarta a modo de brownie con chocolate caliente por encima.

Un rato de oír a una buena cantante con temas internacionales alargó la sobremesa.