1/2 Me veo en la obligación de estrenarme en la sección de restaurantes

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Me veo en la obligación de estrenarme en la sección de restaurantes con el As de Espadas de Toledo, un localo que, en mi opinión, debe ser referencia en el panorama de la hostelería española por todos y cada uno de los detalles que me ofrecieron el sábado pasado.
Los platos que comimos rozaban la perfección, sino llegaban a ella. Platos abundantes con que para dos personas comientes fueron más que suficiente. Una ración de verduras variadas, crujientes, en su punto, con una salsa de acompañamiento. Una perdiz estofada que se saboreaba melosa y con un golpe de potencia. Pero el plato que más nos sorprendió fue un rabo de toro que se deshacía en la boca, aunando suavidad y concentración de especias. De postre compartimos también una porción de tarta de queso y una creppe, deliciosos, con la dulzura justa.
El vino, consultado previamente con Rafa Torres, fue un Dehesa del Carrizal Syrah 2003. Muy bueno, acompañó de maravilla la comida. Para el postre dos copas de Etim de sobremaduración. El servicio del vino perfecto, todos los detalles y más que a un enamorado del vino como yo le hacen descubrir cómo se deben hacer las cosas.