Tras varios días de incertidumbre gastronómica en Ibiza, encuentro un espacio de estímulo. Un Bib gourmand merecido, con profesionales de la cocina y el servicio. Cocina de inspiración francesa con la inevitable influencia de la zona a precios razonables. No así los vinos, hinchados al 100%, pero al menos bien servidos y en cristalería digna. Destacó el pollo asado con una gran reducción de carne, supongo que horas..Rillettes caseras, un buen magrét con salsa y postres interesantes. La carta cambia según el día y producto disponible. Dos entrantes, dos segundos y dos postres por unos 85 euros.