Exclusividad en un mercado con encanto.

Local que parece sugerir un “no para cualquiera”…

Una exclusividad que se muestra ya en el acceso, vía ascensor, desde un discreto rincón de la planta calle del Mercado de Colón. A la salida del ascensor te recibe ya un camarero que te acompaña hasta la mesa.

Dado que está en el “altillo” del mercado, tiene una luz primorosa, inundando de esa deliciosa atmósfera mediterránea a toda la sala.

Impecable en cuanto a instalaciones, mesas, cubertería, cristalería, mantelería.

Cocina de mercado con vocación creativa.

Se han adaptado a los tiempos que corren y han reestructurado la carta, adelgazándola notablemente, de modo que las opciones son:

a.- Menú, con tres posibilidades (“De trabajo”, 35€; “Degustación”, 49€; “Gastronómico”, 69€)
b.- Una exigua carta, “Nuestros clásicos de siempre”, que solo contempla 6 platos, todos a 55€.

Nos decidimos por el menú corto, pero incorporándole un plato extra de la carta. Así quedó la cosa:

Sardina ahumada con tartar de tomate valenciano y polvo de aceituna. Muy rica, me encanta la sardina ahumada, que en esta ocasión estaba estupenda. Quizás un plato ya muy visto. Nos ha dado ahora en Valencia por la sardina ahumada…
Turrón de foie con cremoso de orejones y crujiente de almendra. Estamos en las mismas. Nada que objetar, al contrario, en todo caso habría que alabarlo porque estaba muy bien ejecutado. Pero tampoco sorprende ya a estas alturas.
Atún a baja temperatura con emulsión de olivas y helado de pan. Continuamos con la tendencia. El atún estaba espectacular pero… nada nuevo bajo el sol.
Navaja de buceo con estofado de pata de ternera y aire de lima. Aquí, sí. Aquí la cocina el El Alto de Colón alcanzó su clímax. Extraordinaria creación, con una navaja soberbia que descansaba en una cama de pata de ternera que se asemejaba, por su potencia textura y viscosidad, a unos callos… La combinación, de matrícula de honor. Esa ligereza, frescura y jugosidad del mar en forma de navaja, contrastada por esa fiereza, profundidad y solidez de la tierra en forma de callos… Guau! Y sin olvidarnos de la espuma de lima que hacía de correa de transmisión.
Nuestro arroz meloso marinero. Un buen arroz. Era en realidad como un arroz negro, en su versión melosa. Copiosa ración. Lo malo es que en pleno julio, a mediodía y en Valencia… estos melosos potentes te dejan roto. Parecen más adecuados para el invierno.
Coca en llanda. Un postre muy correcto.

Selecta carta de vinos, bien servidos y tratados con mano experta. De principio a fin acompañamos el almuerzo con ese sobresaliente cava valenciano llamado Tantum Ergo Rosé.

Servicio serio, bregado, muy profesional.

Un lugar en el que destaca el entorno por su privilegiada ubicación y la dotación antes comentada. Sin embargo me siento obligado a penalizar el apartado de entorno por la enorme incomodidad que supone que los servicios los tengas dos plantas más abajo, en otro restaurante de la cadena, y que para llegar a ellos tengas que coger el ascensor. Esta circunstancia le priva del “10”.

En cuanto a la cocina, mi subjetiva opinión, que arranca de la búsqueda continua de sorpresas, novedades… pues no las encontré (aunque por supuesto encontré calidad)… Bueno, miento: ¿como que no las encontré?. Sí lo hice, y de qué manera, con un solo plato. Mencionar en este apartado una versión de esa manida frase de que “un restaurante es grande si te llevas de él un plato para recordar”. Me lo llevo. Me llevo esa Navaja de buceo con estofado de pata de ternera y aire de lima. Y eso le hace subir un peldaño en la valoción del apartado "Comida".

Recomiendo este restaurante para ocasiones especiales. Tiene ese indiscutible punto chic, acompañado de una buena cocina… que te hace quedar bien lleves a quien lleves.

P.D.: ni pongo precio ni valoro la RCP porque fui invitado.

  1. #1

    Hambrebuena

    Ñam, ñam!!! Qué buena pinta!! Pero entonces podemos visitarlo "cualquiera", no?

    Excelente y detallado comentario amigo, por si solo invita a visitarlo. Enhorabuena!

  2. #2

    Gastiola

    Ya me parecía a mi que tú....... Así que un poco chic. :-)
    Aqui mucho hablar de nuestra amiga la pantera pero veo que nos cuidamos todos estupendamente.
    Un poco a desmano me pilla pero tiene una pinta estupenda.

  3. #3

    G-M.

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    Cualquiera... menos tú.
    Un mes a lechugas! Y luego, ya hablaremos.

  4. #4

    G-M.

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    Si, chic...o
    Jaja

  5. #5

    Hambrebuena

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    Que en en el alto de Colón no tienen lechugas, oiga?

  6. #6

    G-M.

    en respuesta a Hambrebuena
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    NO.
    No nos fiamos de ti. Has demostrado sobrada y reiteradamente que no tienes autocontrol.
    1 mes comiendo y cenando en casa.
    Que la cabra tira al monte... jajajaja

  7. #7

    Hambrebuena

    en respuesta a G-M.
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    Jajajajaaaa!!!
    Pues me estoy cenando unos quesos que ni te cuento... con lechuga, claro!

  8. #8

    G-M.

    en respuesta a Hambrebuena
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    A las 18.10 ya estás cenando???
    Ada... ¿te pido hora?

  9. #9

    G-M.

    en respuesta a Hambrebuena
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    En algún colega tuyo, me refiero...
    ;-)

  10. #10

    Hambrebuena

    en respuesta a G-M.
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    Perdona amigo, que se me alargó la cena...

    No te preocupes, si no tengo arreglo, jeje!

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