Una de las sorpresas más agradables que se pueden encontrar en Barcelona.
Una de las sorpresas más agradables que se pueden encontrar en Barcelona. Los platos –ingeniosos– ofrecen una estudiada combinación de sabores, texturas, olores y colores; un palcer para cuatro sentidos en cada plato, y sólo la prudencia nos impide hundir las manos para tocar cada manjar.
El chef (Víctor Quintillá) pasó un buen rato explicándonos las técnicas y el por qué de cada plato.
Una experiencia más que recomendable, con unos precios muy asequibles: se paga mucho menos de lo que en verdad vale.
A destacar (en verano) el gazpacho de cerezas, (en invierno) , las albóndigas de jabalí, cacao y naranja; los "peus de porc"; lechazo imperial, con jugo y queso y el tocinillo de cielo al azafrán.
Precio del menú degustación (raciones copiosas de 4 platos y 2 postres): 28,50€
Menú presentación (5 platos y 2 postres): 43,50€