Restaurante situado a la vera del puerto de Muxía. Reservamos mesa en terraza para el segundo turno (15:30) y se nos asignó una amplia y bien dispuesta en el margen exterior de la misma. Vajilla de corte moderno y copas Eclat con borde dorado.
La carta se centra en los productos de la zona pero aplicándoles técnicas diferentes de la tradicionales. Tras un aperitivo cortesía de la casa consistente en unas lascas de bonito de Burela a la plancha sobre una crema de mango pasamos a los platos que elegimos de la carta:
En cuando al postre, mi mujer insistió en la tarta de queso (5,5€), una vez más con el centro sin cuajar como se lleva ahora. Bien, aunque a mí personalmente me empieza a aburrir esta uniformidad de las cartas de postres. Dos buenos cafés cortesía de la casa acompañaron la sobremesa.
En cuanto al vino, la carta no es muy extensa y se centra fundamentalmente en las denominaciones de origen gallegas. Nos quedamos con el Refugallo blanco (18€), un valor seguro que no defrauda. El servicio consistió en el descorche, primer servicio y la provisión de una cubitera con hielo para mantenerlo a su temperatura.
El servicio fue atento y amable.
Bonito de Burela y ensaladilla 2.0
"Zamburiñas" con crema de limón y almendra
Mejillones a la brasa
Aperitivo de la casa
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