Espectacular local en un ambiente íntimo , cómodo y sugerente. Rodeado de grandes vinos, botellas y cajas que nutren una excelente carta de vinos con múltiples referencias. No había estado nunca , tenía interés y el lugar , como tal, me encantó. Un servicio no sé si amable, quizás sí , pero en cualquier caso profesional y diligente aunque poco comprometido con el cliente, lo justito y lo que las apariencia exigen.Por lo que a la comida se refiere, creo que tenía una idea equivocada del restaurante. Imaginábamos otras propuestas , diferentes a las del Atelier , una cocina más sencilla, pero mucho más económica claro ( como sucede con Aponiente y Glassmar, por ejemplo..). No es así.Tomamos un menú de setenta y tantos euros con vino incluido. Creo que había uno de 60 y otro todavía más caro. La impresión que tuve, subjetiva por supuesto , pero dicha con toda claridad y respeto , es que se trataba de la misma cocina que el Etxanobe de siempre , pero con un producto de inferior calidad y cocinada con una técnica menos depurada. No he sido nunca un fan de este cocinero, pero los platos habituales, los que siempre muestra ( lasagnas, arroces , chipis, etc), la mayoría de las veces rozaban la excelencia y la precisión técnica y en esta ocasión yo no tuve esa impresión. Más bien se trataba de lo conocido , pero con nivel culinario sensiblemente inferior
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