Como el ave Fénix

Can Xapes fue un referente gastronómico de las comarcas gironinas, su historia se inicia como bar para dar servicio al cine de la población, al cerrarse la sala se reconvierte en restaurante, después de varios años cerrado cual ave Fénix resurge de sus cenizas de la mano del chef Lluc Quintana formado en la  Escola d’Hostaleria de Girona después de pasar por las cocinas de El Dorado Petit, L’Aliança d’Anglés y Els Tinars, secundado por Oriol Mas formado en la misma escuela y con prácticas en el Celler de Can Roca, a cargo de la sala el somelier Conrad Jubera formado en El Celler de Can Roca, Hotel Carlemany y Can Jubany.

El restaurante acoge una pequeña escuela de hosteleria dirigida por Conxi Martínez que forma a jóvenes en un programa de integración social.

El local a la entrada conserva la que fue pequeña y originaria barra del bar del cinema, dispone de varias dependencias, las de la entrada más desenfadadas y dos comedores interiores de corte clásico con las paredes paneladas de madera barnizada, de donde cuelgan varios óleos, el comedor donde nos ubicaron tiene además una gran chimenea, además de dos alacenas con libros de cocina las mesas de madera con mantel de papel tipo camino de mesa, las servilletas también de papel ecológico y reciclable.

De miércoles a viernes ofrecen un menú de mediodía, de miércoles a sábado un menú denominado De Cine y los viernes y sábados tiene un menú degustación.

Nosotros fuimos un jueves, había tenido ya dificultad para reservar en sábado en un par de ocasiones por lo que lo intenté un día a mitad de semana efectuando la reserva con una semana de antelación. Ese día el local estaba lleno excepto nuestro comedor que tenia 3 mesas sin ocupar.

Optamos por elegir el menú De Cine que tiene un precio de 30 €, incluye solamente el pan, por el agua osmotizada cobran 1 €, nos trajeron una buenas aceitunas a la espera del primer plato.

- Tres entrantes para compartir, tabla de jamón y embutidos ibéricos, ensalada de patata de pequeño tamaño hervidas con piel, salmón marinado, aceitunas de Kalamata, piparras y mini verduritas, buñuelos de bacalao con ajo negro.

- Seguimos y ya servidos individualmente guisantes a la catalana, papada de cerdo, calamar y cebolla dulce.

- Los platos principales, pedimos una de cada una de las opciones, arroz negro con mejillones, gamba, judía verde tierna, calabaza i alioli suave y llata de ternera con judías del ganxet, pimiento escalivado, almendra y mostaza.

- De postre coulant de chocolate, helado de fruta de la pasión, naranja y frutos rojos.

Terminamos con dos cafés.

La carta de vinos corta y centrada básicamente en bodegas cooperativas con cultivo ecológico y algunas con programas de inserción social, elegimos Ónix blanc de la DO Priorat elaborado por Vinícola del Priorat de la población de Gratallops elaborado a base a Garnacha blanca y Macabeo, resultó ser fresco y elegante en boca, el servicio consistió en descorche, cata y primer servicio.

En resumen, un buen lugar al que sin duda volveremos para hacer un seguimiento a sus propuestas de menús.