De vuelta al Restaurante Maloca tras conocer por amigos que había cambiado la dirección y la cocina del local situado a orillas del Mar Menor, que como pudimos comprobar ha sido un cambio radical para bien.

Servicio rápido y atento por parte del personal de sala, en esta caso en la amplia terraza con vistas al Mar Menor en una mañana primaveral. En un extremo una barca donde cocinar espetos y variedad de peces a la brasa. 

* Berenjena, puerro y holandesa con queso feta, alcaparras fritas y piñones. Plato ligero para comenzar la comida.

* Espeto de sardinas. Ocho unidades de buen tamaño y sabrosas.

* Lubina a la brasa. En su punto de cocción, un ejemplar de más de un kilo de peso. 

* Triple tentación de chocolate. Combinación de texturas de chocolate.

* Tarta Pavlova. Buenísima elaboración con las texturas del merengue y repleta de frutos rojos.

* Cervezas y vino D. O. Pago Guigoso - El Beso de las Uvas.

Grata sorpresa con el nivel que se merece este restaurante en un lugar privilegiado.

Cena en fase 2 post confinamiento Covid-19 con todas las medidas de seguridad.

Lo mejor del restaurante las fabulosas vistas al Mar Menor, contemplando la puesta del sol, mientras suena música "chill out". La carta no estaba completa debido a la apertura tras el confinamiento. El menú fue el siguiente:

* Ensaladilla rusa con crujiente de langostino, alcaparras fritas y ventresca de atún (el mejor plato)

* Mejillones de roca al vapor con aji amarillo (no eran clotxinas, ni mejillones de roca, era mejillón de calidad justa, donde se pasaron de cocción).

* Rejo de pulpo a la parrilla, cremoso de zanahoria, jengibre, manzana y alga wakame (la manzana sobraba, añadida sin ninguna conexión al plato y el pulpo estaba muy blando).

* Leche frita con helado de canela y crujiente de pistacho (postre correcto).

* Bebida: Cava D.O. Requena. 

La carta de vinos escasa, con pocas referencias y la mayoría de baja calidad, y a precios desorbitados. El cava D. O. Requena está a un precio de 6 € en tiendas y el precio del restaurante 16 € (más del doble).

Mucho a mejorar, sobre todo en vinos, siendo lo mejor el entorno del Mar Menor.

restaurante de playa "fashion", moderno, con amplísima zona chill out, tumbonas, barras y barmans específicos...con grandes ventanales que dan a la playa y que están abiertos (sin aire condicionado) con decoración mezcla de moderna con marroquí.... 

es relativamente nuevo, llegamos recomendados por ser de los "buenos" de la zona.

(spoiler!!) no volveremos.

el servicio está en rodaje.

te recibe una señora que parece la dueña/anfitriona, que te deriva y no vuelves a ver.

dentro los camareros uniformados, algunos de blanco, otros polo azul....también aparece alguno que suponemos socio/dueño/familiar del dueño...que va por libre haciendo cosas (arreglo una mesa, quito un no sé què...)....

son (excesivamente) cercanos y sin complicaciones....

la cocina es (quiere ser) creativa con arroces con foie y carne de vaca, por ejemplo, pero que quedan muy dulces y con carne seca.... por ejemplo....

mantelería, copas, loza.... correcta, variada... con ganas de ser diferentes.

servicio del vino no es su tema (sale el lado chill out y les sale mejor un café "asiàtico" que no darle juego al vino), no les interesa...

les falta mucho rodaje y si son capaces de ser jekill y hyde (restaurante y chil out) puede que ganen mucho dinero...

de momento mucho bombo...sólo. 

la relación calidad precio es justita....a estos precios hace falta menos artificio y más recorrido.