Raciones de ejecución notable en un bonito entorno

Lola Bistró es un pequeño restaurante que se sitúa en la parte amurallada de la ciudad de Tarragona, muy cerca de su catedral. Lo elegimos aconsejados por gente conocida que ha pasado años trabajando por la zona. El local es muy bonito, como casi todos los que vislumbramos desde el exterior en nuestro paseo hasta allí. Se combinan a la perfección los detalles rústicos de la casa antigua donde se sitúa con otros elementos mucho más contemporáneos.

Ante la inminente llegada de la Navidad, la proliferación de cenas de grupo y el hecho de estar plenamente inmersos en el puente de diciembre, nos aconsejaron encarecidamente escoger el menú de antemano cuando hicimos la reserva por teléfono. Nos envían un par de propuestas por correo electrónico y acordamos un menú por 30 € sin incluir en el precio las bebidas. Dicho menú se compuso de:

- Pan con tomate: de calidad excelente, crujiente, al estilo pan de cristal.

- Súper croqueta de carne "d'olla" con un toque de trufa: de tamaño enorme, textura cremosa y con mucho sabor.

- Nuestras bravas: ricas, con el toque original de pimentón rojo espolvoreado sobre ellas.

- Ensalada Lola de temporada: brotes tiernos con sabores poco usuales y muy curiosos, frutos secos, higos, daditos de membrillo… Me gustó mucho.

- Carpaccio de manitas de cerdo con foie y aceite de trufa: plato muy conseguido y poco usual en nuestra zona de procedencia.

- Pulpo a la brasa con parnentier de patata, allioli y romescu: uno empieza a cansarse ya de este plato, pero les aseguro que el pulpo del Lola Bistró estaba realmente rico.

- Estofado de rabo de vaca: servido desmigado y sobre puré de patatas con la ayuda del molde cilíndrico. Hubiese acabado ya con él.

- Albóndigas con sepia: quizás el plato que menos me gustó, sin estar malo. A mi gusto, no casaron excesivamente bien los sabores de ambos guisos.

- Postres variados: tartas de zanahoria, de queso, de chocolate… todas ellas caseras y bastante originales.

La carta de vinos es bastante extensa pero, vista nuestra experiencia, no sé cómo andan de estocaje  de cada una de las referencias de ella. Pedimos un cava (Balma reserva brut nature) y, al solicitar la segunda botella, nos informan que sólo tenían una. - No pasa nada; sácanos una similar. Acabada la segunda pedimos una tercera y última unidad y nos vuelven a decir que de ésta también sólo tenían una. Tomamos una tercera referencia. Lamento no recordar cuáles fueros el segundo y el tercer cava que tomamos. He de decir, eso sí, que los tres estaban en un punto excelente y combinaron a la perfección con este estilo de cocina “de todo un poco al centro de la mesa”.

Servicio muy atento, aunque con algún despiste de poca importancia en un día en el que, finalmente, la sala presentaba un aspecto bastante despoblado.