Del Julián al cielo...¡Se feliz!

Hacía tiempo que había oído hablar maravillas del Julián de Tolosa pero pensaba que no me lo iba a poder permitir. La primera vez que fui lo reservé para una ocasión muy especial. De esto hace ya dos años y quedé tan gratamente sorprendido y satisfecho que, desde entonces, el resto de ocasiones que he tenido para darme un pequeño o gran homenaje las he celebrado allí. Ya no importaba que la ocasión fuera especial o no porque la especialidad la pone el propio Restaurante. Siempre que uno va allí se olvida de todo lo malo y sale encantado de la vida. Tanto, que el Julián de Tolosa merecería inaugurar una nueva categoría de Restaurantes, el psico-restaurante, por lo feliz que sales tras haber comido allí. Así que, simplemente por eso, el precio me parece de lo más ajustado, teniendo en cuenta que aunque la felicidad no se paga, la calidad sí. Y los productos de calidad del Julián (cogollos, espárragos, judías, pimientos…) justifican sobradamente el precio.

Me gusta disfrutar de la vida y de lo bueno y los "disfrutones" sabemos lo difícil que es encontrar calidad, maestría, trato excelente, profesionalidad, simpatía y buen hacer en un mismo sitio. Sitio que, encima está entre los mejores de Madrid.

La carne (especialidad de la casa) extraordinaria. Iñaki, el chef que nos ha atendido personalmente la mayoría de las ocasiones, es un auténtico maestro del arte de la carne. La primera vez, fuimos 7 comensales y a todos y cada uno de nosotros nos ofreció la carne, de inmejorable calidad, en el punto justo que habíamos pedido. Y no sólo eso, sino que ante nuestras felicitaciones por su buen hacer y profesionalidad se mostró con una simpatía, buen trato y humildad que fue lo que nos convenció definitivamente para repetir hasta en 7 ocasiones más. De hecho, la última vez que hemos ido, el pasado jueves 11 de octubre, nos atendió su hermano Mikel, que por lo visto se ha incorporado recientemente al Julián, y nos dijo que Iñaki estará fuera una breve temporada. La maestría, simpatía, trato excelente y profesionalidad de Mikel está a la altura de la de su hermano y de la saga familiar de maestros de cocina a la que pertenecen (esto lo averigüé en Internet, su padre, Matías Gorrotxategi, está considerado el mejor parrillero de España), pero, por favor, Iñaki, vuelve cuánto antes. Se te echa de menos y sería estupendo ver a los dos hermanos trabajando mano a mano.

La carta de vinos es de lo más elaborada y completa. Si bien, he de reconocer que me cuesta probar vinos nuevos, gracias a las acertadas recomendaciones de Iñaki, me he atrevido a probar caldos nuevos y originales que han enriquecido mi paladar, mis ganas y mi cultura enológica que yo, pobre de mí, hasta entonces, creía desarrollada. Desde luego, en vinos, el Julián de Tolosa no puede defraudar a nadie. Desde los más modernos y atrevidos a los más clásicos y exigentes.

Pero, si hay un plato estrella son sus afamados pimientos (exquisitos, como todo lo sencillo). Todos nuestros amigos cada vez que hemos ido allí coinciden en destacar que son los mejores pimientos del piquillo del mundo y que “nunca probaron cosa igual”. Tenéis que probarlos. Son un auténtico manjar.

Todo ello unido al buen ambiente, al resto del servicio y la correcta separación de las mesas hace que sea el sitio ideal para ir a comer o cenar (o las dos cosas, el afortunado que se lo pueda permitir). Mención especial merece el reservado de la parte de abajo. Ideal para cenas y comidas con familiares y amigos entrañables y de calidad. El pasado diciembre celebramos allí un especial Navidad con amigos y todos quedaron encantados. Nos encantaría volver allí este año.

Ahora bien, por poner algún pero (al menos para mi modo de ser reservado y tranquilo), he de decir que es un Restaurante donde a menudo se encuentran famosos o conocidos. Sin ir más lejos, ésta última vez había un actor llamado Clive Owen (creo). Mi mujer se quedó fascinada con él pero a mí los celos se me pasaron enseguida cuando comprobé que Mr. Owen y yo tenemos algo en común y es que, por lo visto, él también siempre vuelve al Julián de Tolosa cada vez que viene a Madrid. Tantos no podemos estar equivocados.

En definitiva, Madrid tiene una oferta gastronómica de mucha calidad pero el Julián de Tolosa, además, hace bueno el dicho de "De Madrid al cielo". Te hace feliz.

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