El pasado viernes 12 de abril era la fecha fijada para que los miembros de la Peña Gastronómica Los Restauranteros nos reencontrásemos en nuestra quedada primaveral, siendo éste ya nuestro XIV Encuentro. Sevilla fue la ciudad que nos acogió y Rafa Garrido (rafa_g), colaborador en este portal, quien se encargó de la organización (y lo hizo estupendamente, todo sea dicho).
Aunque nuestros encuentros suelen comenzar oficialmente con la cena del viernes por la noche, somos varios los que aprovechamos estos largos desplazamientos para conocer algún otro restaurante los viernes a mediodía. Para esta ocasión, Rafa escogió el Gallinero de Sandra, teniendo en cuenta varios factores como la hora tardía de llegada de algunos de nosotros, la posición del restaurante con respecto a los hoteles, etc.
Cuando llegamos al local, nos acomodaron en una amplia mesa en la terraza. Ésta presenta una decoración muy agradable y, lejos de dar la impresión de efímera, se intuye que se puede hacer uso de la misma durante prácticamente todo el año con un sistema de toldos y carpas que lo hacen posible. El mobiliario es bastante más serio que el de muchas otras terrazas, pero menos elegante que el que pude contemplar en el comedor interior que tiene un estilo muchísimo más cuidado y clásico.
Menú pactado de antemano que se nos ofreció por el precio de 60 € y que contenía un número adecuado de pases:
En el apartado de bebidas hubo cervezas de bienvenida, aguas, cafés y aceptamos la propuesta de vinos que nos ofreció el equipo del restaurante a la cual añadimos alguna botella más por elección nuestra:
En definitiva, un menú con el producto como gran protagonista sin técnicas vanguardistas ni presentaciones estrafalarias resuelto correctamente por el equipo. Una mención muy especial a la persona que dirigió el servicio en nuestra mesa que se mostro cercano, atento y muy eficaz.
Primer contacto, no oficial, de la avanzadilla que siempre llega el viernes para comer.
Rafa el organizador de la queda de la Peña Restauranteros, consiguió que nos diesen tarde de comer, ya que los de Bilbao, llegábamos tarde, así que hasta las 15:30, no empezó la degustación.
El cocinero Nacho Dargallo que viene de trabajar en Hacienda Benazuza, lleva la cocina, y su mujer la sala, aunque a nosotros nos atendió un joven, muy profesional y majete, al final salio el chef a saludar y preguntar.
Menú concertado, 60€, con los vinos pagamos unos 98€, RPC correcta, sin mas.
Empezamos con una croqueta de mero, bien, cremosa y un poco de alioli, creo que de limón.
Ostra Nº2 con caviar de la fruta de la pasión y huevas de trucha, nada nuevo en el horizonte, pero buen producto.
Sashimi de Borriquete, pescado de roca, de la zona, mi primera vez, marinado en salsa ponzu, lo justo, apenas se apreciaba, dejando el sabor puro del pez, verduritas encurtidas y rábano, también encurtido en casa, luego un poco de soja con ponzu y sésamo en un pequeño bol, aunque el enunciado pone lo del marinado, yo juraría que no lo estaba, cosa lógica en un sashimi, nunca se marida, creo.
Terrina de foie de perigord con piña al anís, en distintas texturas, con un poco de pan fino, tostado, rico, pero muy escaso, para mí.
Erizo gratinado, nata, mantequilla y erizo, muy sabroso el conjunto, y acompañado de una muselina de azafrán, me encanta el producto principal y los ligazones usados, así que poco que decir, riesgos cero, pero sabor rico, al final….
Bacalao al pil-pil ligero con crudites de verdura y olivada de calamata , rico bacalao confitado , sabrosa mayonesa de la gelatina de la piel , por favor , no llamar pil-pil a lo que no lo es , esta salsa emulsionada , estaba muy rica , pero no era un pil-pil , en conjunto rico plato .
A continuación, mero a la brasa, o plancha, con verduritas y crema de alcachofa, ningun pero.
Arroz de pichón y pintada de las Landas, con tirabeques y salsifis, a mi me gusto mucho, buen punto de arroz y mucho sabor, si te descuidas es lo que mas me sorprendió, aunque los levantinos, no se yo, si les gusto tanto, controlan mas.
Los postres, ambos muy dignos, bien ejecutados.
Ganache de chocolate blanco y aguacate con crumble de coco y pistachos y mousse de chocolate negro al 70% con helado de jengibre, bien.
En conjunto bien, aunque comparando con el resto del encuentro, un poco corto, y prácticamente al mismo precio que un estrellado como abantal, y menos divertido que los otros dos restaurantes del sábado, para mi los mejores, Tribeca y Cañabotas.
Para beber una copa de fino tradición mayo 2017 , creo que el resto fue una botella de cada , para 10 personas , una de blanco Donnhoff riesling troken 2017 (38€) , otra de blanco albariño Sacabeira (23€), otro albariño , bastante mas rico Maior de Mendoza 3 crianzas (33€), , la calma 2015(45€) , tinto sedella 2014 (35€), una de champagne Paul Dethune (65€)y otra de Lacourte Godbilllon (58€), las copas de tradicion a 5€ .
Al final, con café, 98€, teniendo en cuenta el riesgo, el vino y demás, y comparándolo con lo que aconteció a posteriori , pelin flojo , eso si estaba lleno hasta las cartolas .
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