Ha transcurrido poco más de un año desde nuestra primera visita al complejo que se había inaugurado pocos meses antes, la sensación es que transcurrido este tiempo pocos cambios ha habido aparte del incremento de precio del menú (5 €), y de las opciones de platos del mismo que se han reducido, la gran mayoría repiten transcurrido este tiempo, otro cambio destacable es la poca afluencia de comensales una vez ha pasado la novedad.
Los primeros, ensalada con queso de cabra y frutos secos y sopa de cebolla con tomillo , huevo a baja temperatura, tropezones de pan y queso
Los segundos, carrillera de cerdo y muslo de pato confitado con piñones.
Los postres crema catalana con azúcar quemado y texturas de chocolate con helado
Una botella de agua mineral de medio litro, una copa de vino blanco Montrodó Blanc y otra de vino tinto La Bella Lola.
Terminamos con dos cafés Nespresso.
Un complejo museístico donde se han invertido muchos millones donde particularmente pienso no hay que rentabilizar, por tanto la parte gastronómica queda en un último plano y después de fichar al emblemático Jordi Cruz para que diseñara el menú nadie se ha ocupado en renovar y adecuar un menú acorde a la cada temporada.
Pienso que pasará mucho tiempo antes de que vuelva
En un promontorio con unas magníficas vistas sobre la ciudad de Girona, tras años de obras y restauración del castillo fortín de la población de Sant Julià de Ramis cuyos inicios están datados a finales del siglo IV y tras una inversión de 14 millones de euros por parte de una familia de joyeros afincados en Barcelona, hace un par de meses que ha abierto sus puertas un complejo que ha sido bautizado con el nombre de La Fortalesa, el complejo consta de un hotel gran lujo que alberga el restaurante gastronómico A Tempo, un museo de joyas, el "atelier" del artista Quim Hereu que es visitable previo pago de la correspondiente entrada, varios espacios de creación para artistas noveles aún sin ocupación, y el restaurante con precios populares D'Or Museum, en los jardines hay varias obras escultóricas de afamados y reconocidos artistas. El acceso al complejo está controlado y con grandes medidad de seguridad.
Los dos restaurantes están dirigidos por el mediático Jordi Cruz que con A Tempo persigue conseguir su tercera estrella Michelin, D'Or Museum sólo ofrece el servicio de almuerzo y su oferta consiste únicamente en un menú que los dias laborables tiene un precio de 15 € y los fines de semana de 25 €.
Nosotros comimos en este último para irnos ambientando al complejo, el restaurante tiene una capacidad para 100-120 comensales, ese día la ocupación era de alrededor del 80%, es un espacio totalmente rectangular de hormigón y cristal, unas grandes láminas cortadas de un gran bloque de mármol colgadas de la pared son la única decoración del comedor, la sala tiene una longitud aproximada de entre 60 y 80 metros el cerramiento con el exterior es un muro cortinal de grueso cristal que aporta una gran luminosidad al local y una agradable vista a una parte de los jardines, lástima la rumorosidad del comedor aunque comentándolo con la camarera que nos atendió, nos dijo que ya estaban estudiando soluciones técnicas para paliar el problema.
Mesas quizás demasiado juntas vestidas con camino de mesa, éstos y las servilletas son del tipo de papel tejido que imita casi a la perfección la tela, cuberteria de calidad así como los vasos y copas .
El menú tiene ocho opciones para los entrantes, nueve para el plato principal y ocho para el postre, algunos principales y postres con suplemento de 2-3 € además de aperitivo, pan, agua y una consumición (copa de vino, refresco...)
De aperitivo nos sirvieron unas aceitunas y encurtidos y gazpacho servido en un pequeño frasco de cristal del que hay que beber directamente, el gazpacho excesivamente dulce para mi gusto.
De primeros pedimos ensalada fría de pasta fresca con tomates salteados y mejillones al horno Josper con limón confitado.
Los segundos arroz de Pals con costilla de cerdo duroc y carrillera de cerdo al horno también de la raza duroc con gratén de patata y cebolla.
Todos los platos bien elaborados y bien presentados, como curiosidad comentar que todos los platos incluían cebollino picado a modo de decoración.
De postre crema catalana quemada, muy buena y ensalada de frutas de temporada.
Una botella de medio litro de agua Font Vella y dos copas de vino Montrodó Blanc elaborado en la cercana población de Sant Martí Vell a partir de uvas de cepas de procedencia francesa, terminamos con dos cafés Nespresso, espero y deseo que el restaurante gastronómico no sirva este tipo de café.
El servicio joven, dinámico y en rodaje, ciertas dificultades para reservar telefónicamente y lentitud en la confirmación telefónica a la reserva efectuada vía e-mail.
Sin lugar a dudas un restaurante con un menú de un cierto nivel y con precios populares que tendrá éxito, veremos si podrá mantener los precios actuales por mucho tiempo, y estar expectantes a la evolución que vaya teniendo el gastronómico A Tempo.