Local de reciente apertura en Dénia (esto es un no parar) capitaneado por Amanda Fornés, cocinera que ha estado en Casa Pepa, hotel Pinosol, la Vall del Cavall y Casa Cantó entre otros. Experiencia ante los fogones no le falta y, por lo vivido el sábado pasado, parece que también se le da bien el tomar las riendas de su propio negocio en compañía de su pareja Ximo Ivars que oficia en sala. Amplio comedor con capacidad para más de treinta comensales y patio interior en el que rehusamos estar por lo bochornosa que se quedó la noche en la ciudad. Estilo principalmente rústico en la decoración (pavimento, ladrillo cara vista, envigado de madera…) que se combina acertadamente con otros elementos más contemporáneos, sobretodos lienzos y otros cuadros.
En Orígens se ofrece una cocina con un marcado carácter tradicional pero que integra en sus platos un toque más actual, bien sea en cuanto a los ingredientes de los mismos, alguna técnica de cocción más contemporánea o una vistosa presentación. En plena semana festera de la ciudad nos decantamos por el menú de fiestas que se ofrecía por 20 € y que se componía de tres entrantes, un plato principal a elegir y un postre.
- Aperitivos cortesía de la casa: Ensaladilla rusa con bacalao y crema de aguacate, presentados cada uno de ellos en una lata de conserva de las que se usan actualmente como recipiente para emplatar. Más que correctos ambos, destacando la frescura de la primera y la sedosidad de la segunda.
- Salmorejo de sandía con rosquilla de anchoa: Nuevamente nos agrada la textura del salmorejo que queda como emulsionado, suave y de fácil ingesta. La sandía, que apenas se percibe desde el punto visual en el color de la crema, sí que deja presencia a su paso por el paladar. Sabrosa también la rosquilla aunque queda un tanto gomosa y falta de “crunch”.
- Chipirones marinados con vermut blanco: Plato de producto con unos chipirones excelsos en cuanto a frescura aunque un pelín pequeños. Perfecta cocción que les deja un grado de ternura altamente gratificante. De lo mejor de la noche.
- Croquetas caseras: Nos sirven dos unidades por cada comensal. Las unas de toro y manzana, las otras de garbanzos y sobrasada. Potencia en ambas aunque algo faltas de fluidez. Lo menos bueno de la cena.
- Como plato principal yo tomé el pescado thai que se ofrecía como opción en el menú juntamente a la costilla de cerdo. Reminiscencias realmente tailandesas con presencia de los aromas y sabores característicos: lemon gras, kaffir… Para ajustarse perfectamente a mi gusto, se echaba de menos un punto más picante. Pedí un poco de tabasco o similar y se curraron en un momento una salsita bien trabada y con sobrada personalidad que acabó de redondear el plato.
- Como postres compartimos entre los cuatro comensales las cuatro propuestas del menú: crema de yogur, tarta de queso, coulant de chocolate y un postre de avellana. Todos destacaron por su personalidad y su elaboración evidentemente casera. Nos consta que el mundo dulce es una de las fortalezas de Amanda.
Acompañamos la velada con unas cañas bien fresquitas al principio, dos botellas de un albariño que no conocía, la Marimorena, y unos cafés e infusiones para rematar. Buena comida, buen servicio y buen ambiente. Uno más en la lista de aconsejables.