El restaurante se va consolidando en la plaza, desde que abrió sus puertas hace poco más de un año ha ido ampliando su clientela y ya es difícil encontrar mesa sin haber reservado previamente, continua trabajando únicamente el menú los días laborables y los sábados al mediodía.
Ciertamente la variedad del menú que cambia diariamente, la calidad y el precio hacen que tenga clientes repetitivos, ayuda también la rapidez en el servicio que agradecen las personas que deben reanudar su jornada laboral.
De primero pedimos ensalada con queso de cabra tibio, cebolla crujiente y mermelada de pimientos aliñada con una buena vinagreta y carpaccio de ternera con parmesano y tostas.
Los segundos secreto ibérico con soufflé de patatas y cebolla con salsa de comino y mango y entraña de ternera a la brasa con patatas rustidas y salsa de ceps, las carnes cada una con distinto grado de cocción fueron servidas con el punto solicitado.
Los postres un muy buen tiramisú casero y helado de vainilla con café irlandés.
Bebimos una copa de vino blanco y una cerveza.
Rematamos con dos cortos y concentrados cafés.
Nueva visita con la intención de esta vez comer a la carta, pero nos tuvimos que conformar con el menú de fin de semana puesto que han decidido trabajar únicamente el menú, uno los días de diario y otro para los fines de semana, éste último consta de cinco primeros, 5 segundos y cuatro postres.
Un copa de cava rosado como bienvenida y un pequeño aperitivo de tomate y queso fueron el inicio del menú.
De primero tomamos dos ensaladas de sepia y gambas con vinagreta de perejil que nos fue sustituida a petición nuestra sin ningún problema por la que originalmente venía con el plato que era salsa japonesa a base de soja.
De segundo mi mujer pidió uno de los que formaban el grupo de los primeros, arroz meloso de tinta de sepia con calamares y all i oli, yo pedí un entrecot de black agnus con un módico suplemento de 1,5 € acompañado de patatas al horno y con el punto de cocción solicitado, el arroz bueno y al dente como se pidió a la camarera.
De postre un buen tiramisú y una buena panacotta de fresas y frambuesas.
El menú incluye una copa de vino, agua o refresco, tomamos una copa de vino blanco y dos de tinto.
Dos cafés.
Buena rcp del menú, comimos bien aunque algo decepcionados porque queríamos conocer su carta.
Soy feliz es lo que significa el nombre de este restaurante Sóc en catalán Soy y Sabaï la transcripción fonética de Feliz en idioma camboyano uno de los paises por donde ha pasado el chef Fabio Ferrarella hasta aterrizar en Vilanova i la Geltrú, entramos al restaurante donde habíamos comido en múltiples ocasiones y ya de entrada nos dimos cuenta que las grandes reproducciones de fotografias antiguas que cubrian sus paredes habian desaparecido, al traernos la carta con el menú vimos que habian cambiado de nombre, preguntando a la camarera que nos atendió nos dijo que llevaban poco más de un mes en este local, así que con la incógnita de lo que nos esperaba pedimos el menú que tenia cinco primeros, cuatro segundos y tres postres.
Los primeros, milhojas de verduras escalibadas con vinagreta de anchoas y carpaccio de buey, éste con suplemento de dos euros. Buena presentación del milhojas y abundante queso parmesano en el carpaccio. Coincidimos con los segundos, solomillo de cerdo con salsa de vino y frambuesas.
De postres tiramisú casero, muy bueno, el chef de origen italiano tiene casi la obligación de hacerlo sublime y helado de vainilla con coulis de frutos rojos.
De bebida dos cervezas incluídas en el precio del menú, más una suplementaria.
Servicio ágil y agradable.
Sin duda un sitio a tener en cuenta para el menú diario y con ganas de probar la carta.
Dos cafés.