Llegamos 2 parejas con niños a las 20:15. En total 8 personas (que comen como 8 personas, no hay bebés ni nada de eso). El local absolutamente vacío (claro, ¡a esas horas!). Nos dicen que no hay problema, que nos preparan una mesa pero, 3 minutos más tarde nos dicen que no puede ser, que se lo han reservado todo y todos entran en la próxima media hora. Cabizbajos, nos vamos.
Según salimos llamo y reservo para media hora más tarde diciendo: "seremos 6, puede que 8, ¿Es posible?" A lo que me dicen: "si son 8 finalmente les pondremos en mesa alta pero, no se preocupe señor, que tenemos mesa"
Pues eso, que no basta con que la comida esté rica (que nunca lo sabremos). Además, y sobre todo, se agradece en un establecimiento que te traten bien o, al menos, con honestidad.
Familias con niños... ¡No vayan. No les atenderán y, lo que es peor, les mentirán.
MENTIROSOS
Visita por referencias varias un viernes noche en el que además era el arranque de Ruzafart. Completamente lleno, entre bullicioso y ruidoso, animado por grupos de todo tipo y edades.
Servicio atento y amable.
Con una carta formada básicamente por tres menus con base común desde 18 € ( hay uno de 10 € para comer entre semana ) hasta 26, elejimos el mas sencillo. Cuatro primeros un principal de carne y un postre.
Pedimos vino por copas, pero como constatamos que el tinto estaba a temperatura ambiente, optamos por blancos, rueda y albariño que no eran los mas apropiados para el menú que venía. Por botellas lo tenían todo a temperatura.
Sin entrar en el detalle de cada plato, empezamos con una ensaladilla rusa excelentemente equilibrada, un tataki de atún y unos puerros gratinados con un toque genial de bacon, realmente bueno, siguiendo con unas berengenas fusión con setas sitaki y para terminar un lomo de cerdo ibérico tierno, cremoso y por poner un pero un poco escaso, para comer con tortitas, tirabeques y tiras crujientes de boniato.
Al final un postre riqusimo, helado, galleta, garrapiñados... en su punto justo de temperatura y dulzor.
Mucho tiempo entre el último plato y el postre y quitando el inconveniente del vino, que nos prometieron solucionarlo en el futuro, todo redondo, bien acompasado que hace pensar en volver.
Poco mas de 20€ por cabeza con las dos copas de vino y sin cafés.
En resumen, muy interesante, un asador con un toque de glamour que encaja perfectamente en el conjunto. Una forma diferente orginal y efectiva de reinventarse.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.