En el pequeño local que ocupaba el tristemente desaparecido "La Cave du Petit" acaban de abrir un restaurante que le da otra vuelta de tuerca a la tan traída y tan de moda fusión. En este caso se trata de cocina de base mexicana con añadidos asiáticos, especialmente coreanos.
Es un local pequeño, informal, donde se puede comer en barra o en dos grandes mesas corridas.
Bastantes platos que probar. En nuestro caso lo siguiente:
Para beber, tienen cervezas, cocteles y 5-6 vinos.
Para repetir ya que sin ser excepcional, está todo rico y la RCP es buena. Son simpáticos y por lo visto cambian la carta con frecuencia.
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