Restaurante Las Carboneras de Lu en Madrid
Restaurante Las Carboneras de Lu
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
53,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
53 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.5
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
8.5
RCP CALIDAD-PRECIO
5.0
Opiniones de Las Carboneras de Lu
OPINIONES
2

Poco que añadir a los comentarios anteriores.

Buen interiorismo,buena mesa:espacio,vajilla,copas Riedel,mantelería y cubertería.(3,5 euros/persona,con mantequilla y aceite y mini,mini brioche)

Amplia selección de panes,incluido sin gluten y agua servida varias veces cobrando una única botella (3,75 euros).

Atún con tomate rosa,geminados y encurtidos...coincido con Lorden en la Tª del atún.(Dos medias raciones)

Steak-tartare,dado a probar y sin duda lo mejor de la cena.

Bacalao con emulsión de ajo negro ;bien de punto y algo neutro de sabor...ración bastante justa de tamaño

Lubina Salvaje con emulsión de clorofila y guarnición distinta  a la habitual .El pescado muy seco en los 2 comensales que la pidieron,tamaño muy,muy justo...por no decir escaso de la lubina(28 euros ración),cuyo punto deslucía su sabor.

Tres medías raciones de su torrija de "pannetone" que difería notablemente en esponjosidad de las fotos que se publican en los reportajes del rte.

Vino Navaherreros blanco 2016, "dos " botellas(Albillo mayoritariamente y algo de macabeo) de Bernabeleva(25 eur),cumplio perfectamente las expectativas.

En una comida normal,con un entrante +segundo y siendo el postre y  la botella de vino compartid@ veo difícil que  la comanda baje de aproximadamente ,70 euros. 

Resumiendo bien,pero carete...también es verdad que estas a escasos 100 mts de la Puerta de Alcala.

Cena abril 2018

LAS CARBONERAS DE LU se encuentra en la calle Villalar, donde estaba Dassa Bassa. A la entrada han montado una coqueta de tienda de vinos, en la que se pueden comprar para llevar y degustar "in situ", y que hace las veces de bodega del restaurante. Éste se encuentra bajando las escaleras, en unas antiguas carboneras abovedadas, que se han reformado completamente, eliminando la pintura blanca que cubría paredes y techos, y dejando el ladrillo visto. La decoración está muy conseguida, manteles de hilo, cubertería de máximo nivel, copas Riedel, y una iluminación perfecta, componen una puesta en escena acogedora y elegante a la vez.

Carta corta, con recetas y platos consolidados, sin concesiones a fusiones ni trampantojos. Posibilidad de pedir medias raciones, aunque no sirven platos al centro para compartir, todo lo emplatan individualmente, en la línea de elegancia y vieja escuela que parecen querer transmitir.

Pues aconsejados por Lourdes, la dueña, que ejerce también de chef, pedimos :

- Atún casero escabechado con tomate rosa, muy bueno, aunque llegó a la mesa un poco frío de cámara, hubiera mejorado un poco atemperado.
- Flor de calabacín rellena de brandada de bacalao, finísima la tempura y delicada la brandada, platazo.
- Pochas con codorniz, guisadas y con un muslito del pájaro, ricas.
- Callos a la madrileña con garbanzos cocidos servidos aparte. Pues muy ricos, aunque los garbanzos quedaron un poco enteros para mi gusto.
- Steak tartar, dado a probar para ajustar el punto de picante, cortado a cuchillo en trozos gordos. Bueno.
- Torrija, servida en una base de una especie de crema pastelera tibia.
- Petir fours de chocolate, gentileza de la casa.

En el apartado vinícola nos pusimos en manos del maître Antonio Sayago, ex-Ánima, que nos puso, por orden de desaparición: Veratón, sabrosa garnacha del Moncayo, Felix Martínez Cepas Viejas, tempranillo de Madrid, y rematamos con un Victorino, potente tinta de Toro. A los postres aun cayó una copita de Oporto Nieeport Vintage.

Servicio atentísimo, de lo que ya no se ve, los camareros super pendientes y con múltiples cambios de copa, platos, cubiertos, etc., a pesar de que la sala estaba llena.

En cuanto al precio, un poco carete... nosotros pagamos 80 euros por barba, si bien es verdad que comimos y bebimos como cosacos, pero controlando un poco la comanda, se puede comer/cenar muy decentemente por 50-60 euros. Recomendadísimo para una celebración o una ocasión especial. Podéis ir.

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