En su día muy afamado por la visita del Rey, hoy solo vive de aquella

En su día muy afamado por la visita del Rey, hoy solo vive de aquella efeméride.
El local es amplio y con grandes posibilidades, excesivamente bullicioso y algo caótico, mas orientado a grandes eventos, bodas, bautizos y comuniones que a otra cosa, en donde sorprende ver de vez en cuando algún “Ojiplatico” GÜiRY que no da crédito!
Calidad es mas bien poca, el servicio prácticamente de merendero y la propuesta completamente trasnochada.
La bodega es mas típica de los 80’s que de hoy en dia, en donde puedes encontrar cosas que realmente creías desaparecidas, increíble!
Cuando ya crees que lo has visto todo te plantan la carta de postres y no puedes mas que sonreír, hasta que te traen la cuenta claro!
Es que además es caro!
Lastima de local y de emplazamiento privilegiado!