Meritorio y oscilante.
¿Queda alguien en la sala? Pues sigo.
Es meritorio que en un espacio tan extraordinariamente exigüo (si poniendo juntas estas dos palabras no puntúo triple en el Scrabble yo ya no sé) puedan sacar adelante el asunto. Sitio para doce personas humanas. Trece si hay cariño. Y de estas, cuatro en la barra. La cocina está ahí mismo. Es como estar en el salón de casa y dependiendo de cómo sea tu casa igual es más pequeño.Un par de personas en cocina y dos en el servicio.
Menú largo pero asequible para estómagos no demasiado capaces. Vamos con lo de oscilante. Hay algunos platos que están realmente bien, alguno que estarían mejor con alguna revisión y algún otro que realmente requiere de una revisión. Échemos una vista aquí y allá en el menú que ya sabéis que no hago glosa numeraria.
Qué buenas las quisquillas de Motril. Qué dulces y qué grasita tan rica la suya. Quisquillas que llegaron después de un muy agradable comienzo con buñuelos de carrueco y de morcilla en caldero.
Me gustó que hubiera platos cuyo eje principal sea la verdura. Si bien el plato de lechuga, en mi nunca modesta opinión, requiere de una pensada. El de hinojo y pilpil de merluza me pareció un buen plato.
Arriesgado, por que hay gente pa'tó (y que no comen de ná), el riñón de cabrito. Si bien es más arriesgado porque un momento después llegará un tártaro de lubina. Desconcertante, para mi, que llegase en este punto este plato. Muy bueno el guiso de callos de bacalao y excelente el gazpachuelo de ortiguillas.
Hay más platos, desde luego, y como decía antes el sentido general es bueno aunque en mi opinión habría que revisar algunos de ellos.
El menú fuese con tres copas de vino. Dos de un blanco del Penedés (3,5 EUR) cuyo nombre no recuerdo ni apunté y una copa de Parallel 45 (3,5 EUR), agüita fresquita y un buen pan y torta de aceite (y leo ahora en la cuenta que no cobraron ni agua ni pan).
Vamos con el servicio. Son gente agradable y nada que objetar en su desempeño, no obstante a mi me resultaban confusas algunas cuestiones. Me resultó confuso que no me explicaran, al inicio, el menú, su estructura... algo. Eso habría facilitado el asunto del vino. Aunque hay vino no me ofrecieron carta (¿tienen?). No sé, me resulta confuso en este caso que no me preguntasen por gustos, si quería estructurar el asunto en función de los platos, o que al terminar la primera copa tras una serie de platos preguntase por qué venía después y qué me sugerían. Me sugirieron continuar con blanco, no obstante fue con el mismo blanco. Esto, desde mi punto de vista, no es un problema del servicio en sí, si no de cómo se tienen pensados o no determinados elementos del mismo.
En suma es un buen lugar, si bien hay margen de mejora. El asunto del menú fue de 65 EUR, los vinos ya lo habéis podido leer anteriormente y un té verde para terminar. En total la cosa fue de 77,3 EUR
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