Quizás fue lo más interesante de la comida junto a una mezcolanza sorprendente de tocino, kokotxas de merluza y huevo. Esperaba algo más de este BIb Gourmand con ambiente juvenil , decoración atrevida y cocina con marcada influencia asiática( como no podía ser menos hoy día). Un local concurrido casi más alto que ancho. Nos instalaron en una mesa junto a la cocina. Calor y olores , no fue muy cómodo. Servicio , joven , irregular, pero suficiente, sobre todo si tenemos en cuenta que estaba repleto. Su cocina es atrevida, intensa y seguramente particular. Nada sale como habitualmente puede salir en casa: desde la coliflor, pasando por la ensaladilla y terminando por las albóndigas de carne. Salsas, especias y producto en una mezcolanza que puede confundir y cuyo resultado final es gustoso y apetitoso pero no excelente. Interesante carta de vinos, supongo que influida por unicornwines. Vinos naturales, vinos de fuera..si esto te gusta es el lugar adecuado para encontrarlo

Tenia ganas de visitar este restaurante, y aprovechando una visita a Santander, no lo dude.

Local moderno, gente joven y muchas ganas.

Carta no muy extensa, pero con enunciados atractivos.

Nos sacaron un caldo de pollo con una croqueta de jamón y huevo, como aperitivo, bueno para entrar en calor, bien.

Tartar de langostinos, foi-gras y fresas, 15€, bueno, estaba rico, con almendra rallada y pan crujiente, correcto.

Pizza crocante de sardina ahumada, pimientos asados, ciruela y en rico queso cantabro (Gomber), rico, 14€.

Unas pochas frescas, con boletus y foie, rico guiso, 20€.

Magano de costera, suquet , cebolla roja y ali-oli de tinta , 21€ , buen producto , pero tampoco estaba muy por encima del resto , es decir , no estábamos comiendo mal , para nada , pero esperaba mas , cuestión de expectativas , te calientan la cabeza , y ya sabes….

Salmonetes, asados, sin espinas, níscalos en salsa del hígado del salmonete, la espina frita con rábano rallado y una crema de aguacate, bueno, bien, 24€.

Pechuga de poularda, a baja temperatura con especies y marcada a plancha, dos salsas, una de mostaza y pepino encurtido y otra de ajetes con jengibre , y todo ello acompañado de unas hojas de lechuga para que te hagas unos tacos , 17€ , bien .

Un pastel de queso y una tarta de limón, por encima del salado, para mi, lo mejor, siendo todo rico, a 6€, rico pan por 2,5.

Para beber un tinto Rufian, 24€ y un blanco viña martin, os pasas 22€.

Sitio correcto, funciona muy bien en la ciudad, pero a mi me dejo un poco frío, solo de una ocasión, tampoco puedes decir mucho.

Día 2 del 2018. Hay que buscar algún local por Santander para comer y este le teníamos hacía muchísimo en la lista de futuros... maldigo el día oigan!

el local está situado en la calle Sol. De entrada parece bastante acogedor, pero nada más llegar algo nos comienza a fallar. Lo descubriríamos más tarde.

Nos dan la carta, minúscula carta todo hay que decirlo. La ojeamos y ojeamos. No acabamos de decidirnos hasta que no sepamos que pescado tienen el día. Llega la camarera, preguntamos y.... como el mercado ha estado cerrado no tenemos otra cosa que bacalao. Mila y yo nos miramos, ahora sí que la hemos pifiado. Digo yo... no costará demasiado comprar el día 30 o 31 sabiendo que te va a pasar eso y lo conservas para tener algo que dar de comer. 

Al final decidimos lo siguiente:

- Tartar de aguacate con cuatro cosillas más. Ración abundante, pero ni chicha ni limonada. No pasará a la historia en nuestro recuerdo.

- Empanadillas de gambas. Pues era cosa, tipo gyoza, pero quemada e insípida.

De segundos,vista la amplia variedad de carne o pescado nos decantamos por esto.

- Mila, niscalos con huevo y trufa. Se pidió sin sal. El niscalo y el huevo no tenían, pero si se pide sin sal de que sirve si la salsa que acompaña lleva trozos de jamón salado y queso.... se quedó en el plato.

- Elegí un arroz meloso. Lo único que se salvó de la comida la verdad, aunque no lo acabé.

Pensamos quitar el mal sabor de boca con un buen postre pero que va, nuestro postre consistió en un café bombón y un mediano. Bastante buenos todo sea dicho.

Lo mejor de la comida, el pan. Tipo rústico, muy rico.

De beber... Coca Cola zero y "agua viva". Me dió muy mala impresión la botella, al ver que venía abierta me revolvió el estómago y al probarla ya quería... ver si realmente era agua del grifo. Una pequeña vuelta por internet y efectivamente. Les mande retirarla pero nos la cobraron igualmente.

Tuvieron el detalle de no cobrar los niscalos pero el daño ya estaba hecho. 

Lo siento, nosotros no volvemos aquí ni aunque nos lo ruegue el rey de España.