Restaurante L'escoleta en Denia
Restaurante L'escoleta
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
32,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
32 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.0
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
8.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.0
Opiniones de L'escoleta
OPINIONES
1

En el corazón de la calle Loreto, la más bulliciosa de la ciudad en cuanto a restaurantes se refiere, la misma que ha logrado desbancar a la todopoderosa calle Marqués de Campo, se encuentra este restaurante que abrió sus puertas hace ya unos años, pero al que todavía no se había presentado la ocasión de visitar. Me parece haber oído que hace poco cambió de dirección o de equipo de cocina y ello ha provocado que se empiece a oír hablar bien de este local. Dos o tres personas ya me lo habían recomendado.

El restaurante ha sido decorado con mucho gusto y sin escatimar en gastos. Dispone de salón principal con mesas altas y bajas (quizás demasiadas de las primera y más bien pocas de las segundas), bodega acristalada, saloncete privado para pequeñas celebraciones y un patio interior con dos alturas que puede albergar unas nueve o diez mesas. La decoración es de estilo clásico siendo la madera el elemento predominante sin lugar a dudas: grandes librerías, vigas del techo, mobiliario… Junto a ella, los muros de piedra y el ladrillo cara vista. Las lámparas, de estilo un pelín más moderno, dan ese contrapunto contemporáneo consiguiéndose un conjunto elegante y agradable.

La carta es bastante extensa. Hay al menos una treintena de propuestas como entrantes de estilos muy variados. Platos en los que sólo se presenta el producto: jamón, anchoas, percebes, gamba, cigalas… Otros en los que se adereza ese producto con toques más contemporáneos: carpacho, ensaladas, cocas, brochetas… Y, finalmente, otros con un carácter más internacional: ceviche, tataki… Después se ofrecen algunos arroces, carnes y pescados y, para acabar, unos cuatro o cinco postres. Se hace difícil elegir y un poco más aún dadas las condiciones de la mesa de anoche. Tres comensales, una de ellas embarazada. Además, llegamos a Dénia antes de lo previsto y estuvimos tomando unas cañas en el bar Bus antes de acercarnos al restaurante. Por cierto, ¡qué rica la ensaladilla de pescado y las ostras Gillardeau! Pero eso nos cerró un poco el apetito. La chica embarazada se pidió una crema templada de puerros y gambeta de Dénia y una brocheta de figatells y dátiles al curri. Probamos todos de esos platos y nos parecieron muy ricos. Los otros dos comensales compartimos:

- Carpacho de solomillo, foie, cebollino y aceite de piñones: El corte de la carne da entender que, ciertamente, se saca del solomillo. Salió un poco frío en exceso, cuasi congelado en algunas partes, pero, aún así, estaba bien. Rica la vinagreta de cebollino, pimienta y piñones.

- Coca de vieiras, espencat y manchego.: Masa muy muy fina y crujiente pero que aguantaba sin romperse una buena cantidad de condumio. L’espencat se elabora con pimiento y berenjena asada, como la escalibada. Combinaba a la perfección con el queso fundido. Remate con dos hermosas vieras repletas de sabor. Rico.

- Ventresca de atún a la brasa con verduritas y wakame: Hace unas semanas colgué mi valoración del Güeyu Mar (Ribadesella) y comentaba allí lo difícil que resulta encontrar ventresca en la carta de los restaurantes de aquí y, menos aún, asada. Encontrarla en la carta fue una sorpresa y una alegría. La pedimos sin dudar. Muy rica, con el punto exacto de cocción. Se sirve sobre una especie de guiso con algas, setas y calabacín de concentración notable y con toda la personalidad que las algas le transfieren.

- Pastel caliente de queso con sorbete de frutos rojos: original. Otra manera de tomar un postre con queso. Gustó.

La carta de vinos está muy bien. No es excesivamente extensa, pero recoge muchas variedades y DO y los precios no son abusivos. Tomamos un Do Ferreiro. Mejorable, eso sí, las copas: bonitas pero excesivamente pequeñas. Hay una extensa carta de cócteles, así como una nutrida selección de licores, especialmente whiskys de nivel. Se pretende prolongar la velada y se promociona también la opción de local para tomar la primera copa.

Todo lo narrado, junto con un personal atento y eficaz, trasmite la sensación de querer hacer bien las cosas. Querer y, ciertamente, poder. La próxima ocasión no sentaremos a la mesa sin esas tapas previas y con más hambre para poder degustar un mayor número de cosas.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar