Heredero del extinto Poblano (https://goo.gl/KpPhoQ) y de los mismos dueños. Amplio local con taburetes altos en la barra y el comedor de la entrada y mesas bajas en los dos comedores interiores. La decoración ha cambiado para adaptarla al nuevo enfoque. Mesas de tamaño justito y muy juntas. Sin manteles. Servilletas de papel. Menaje sencillo. Servicio amable. Oferta muy similar a la del primero (https://goo.gl/PkddDv). También aquí ofrecen platos del día. Cena familiar con platos para compartir: - Niguiri variado (7,75€) - Bastante bueno. - Atún crujiente roll (10,60€) - Nos pierden los uramaki con el añadido del crujiente de cebolla. - Tempura de verduras (5,20€) - Igualita que la del otro local: crujiente y ligera. - Tartar de salmón con aguacate (6,95€) - También igual que el del otro local: sabroso y refrescante. - Costillar de cerdo a la brasa con salsa BBQ japonesa (5,20€) - Y otro más que repetimos. - Mexican roll (10,50€) - Uramaki ligeramente picante. Muy rico. - Croquetas de shitake (3,95€) - Bastante buenas. Para beber, una botella de agua (1,-€) y una cerveza Asahi (3,90€). Se parece muchísimo a comer en el de la zona del Bulevar, pero con más espacio, al menos si está casi vacio, como fue nuestro caso.