Entretenido

Peculiar, novedoso y fresco. Así resumiría esta apuesta. Una barra de bar en forma, mas o menos de U donde dentro de la U hay cocina y tu te sientas alrededor de dicha U pero por fuera de ella, hay un par de mesas más. Dentro de la U se sitúa el servicio y una brasa, pero tu también transitas por ahi. También un pequeño mostrador con los productos frescos del mar. Curiosa la entrada que sirve de "mueble de copas" y los tiradores de cerveza. En el piso de abajo la cocina que puedes visitar y de hecho visitas forzosamente para ir al baño pues tienes que atravesarla. En el piso de arriba dos pantallas gigantes de TV en las que se televisa la cocina del piso inferior. Un sumiller algo ocupado haciendo de camarero al principio (y eso que había camareros de sobra) pero muy atento después y un Jefe de sala que estuvo en su sitio y amable, además de invitarnos a probar algún vino en los que participa Carles Abellán. Abellán omnipresente y muy conversador
Entrantes diversos y variados, platitos y raciones y segundos a base de pescado y arroces, curiosas cartas. En esta ocasión, unos Matrimonios con una curiosa forma de poner la anchoa, algo pobres pues pedimos dos unidades y se quedaba uno corto. Una tortillita de pescaito, espectacularmente presentada y con un sabor a mar que quitaba el sentido, muy buena. Espardeñas, buenas pero sin más. De segundo, un arroz con gambas..... A ver, realmente muy bueno, y "petao" de gambitas muy buenas en su justo punto, es decir justo se habían hecho. Lo que es un poco exagerado es el precio. Creo recordar que fueron prácticamente 80€ de arroz, me parece un poco pasado. No obstante y por ser justo hay que decir que bien podíamos haber comido más de dos personas, dejamos algo en la paellera. El caldo de pescado y gambas que añadía al servirlo (crema más que caldo, muy bueno). Los postres, uno muy cítrico y refrescante servido en un centollo de porcelana (no me gustaba), pues la fruta asemejaba por el corte el tejido del txangurro y un chocolate con pimienta y caviaroli. De beber un Fino de Hidalgo, Una botella de Coma Blanca y al acabar un dulce y un Oloroso Villapana. Carta de vinos curiosa aunque lo de vinos sexys no me llega. Cristalería Riedel. Como curiosidad, decir que como está en una calle tan transitada y parece ser (es) una Barra de un bar, el jefe de Sala y camareros se pegan media jornada atendiendo a los que entran para explicarles que no es un bar de tapas en el que sentarse a tomar algo y recomendándoles otros sitios, abierto hace 2 meses el local imagino que unas mesas fuera serán inevitables y algo tendrán que hacer para que eso no pase, o..mucha paciencia. Cafes. Con los vinos 276€. La verdad, los precios de los entrantes y mariscos, etc me pareció muy correcto, no así el los arroces, además los entrantes y aperitivos estaba muy buenos, si no se va con mucho apetito no es descartable una comida fantástica a base de primeros

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