Restaurante del Grupo IXO (Mugaritz, Ni Neu, Bodegón Alejandro, Nerua) galardonado con un, a tenor de lo visto y probado, merecido Bib Gourmand en la guía Michelín. Un local que despierta pasiones encontradas y en el que gran parte de la clientela, al menos la noche que cenamos nosotros, es extranjera. En cocina ya no está Jessica Lorigo (ahora oficia en el Bar Gerald's del mismo barrio), pero siguen funcionando como un reloj.
De entrada, comentar que los precios están ajustados a las raciones y a la calidad de lo que se ofrece. Cenar rico, diferente y por menos de 30€ por cabeza un fin de semana en Donosti no es tarea fácil, por lo que celebramos que pueda hacerse en un local que enriquece la ya tremenda oferta gastronómica de Gros.
¿Y qué sirven? Pues se trata de pequeñas raciones para compartir, normalmente entre 2 personas, con una inteligente mezcla de ingredientes y recetas vascas y mexicanas.
Nosotros probamos lo siguiente:
- Guacamole Tôpa (10€): El preparado se presenta en mortero para que los comensales lo preparen al momento a su gusto, con la cebolla, el cilantro y la lima aparte (cosa que agradezco porque detesto el cilantro). Lleva tomate seco confitado, lo que le da un plus de sabor, y los totopos están crujientes y nada aceitosos. Muy bien.
- Croquetinhas de pollo (8€): Curiosas croquetas de pollo y patata (6 ud) especiada con menta, rebozadas con panko y servidas con una salsa de menta. Una fusión arriesgada y que a mí me parece un sabor cansino. Perfectamente elaboradas, eso sí.
- Quesadillas de Queso Topa y setas de temporada (6€, 2 uds): Sencilla masa de trigo con un sabroso relleno de buen queso y buenas setas (zizahoris). La masa salió poco cocida, una ración casi-pintxo porque se come en dos bocados. Muy ricas, aunque de ración escasa.
- Tacotalos de maíz y mijo con merluza frita, salsas Veracruz y tártara (7€, 2 uds): Probablemente el mejor plato de la cena, una riquísima merluza rebozada, acompañada de dos impecables salsas de tomate picante y tártara (mayo, mostaza y encurtidos). La masa de los talos esta vez sí salió en su punto.
- Tacotalos de maíz y mijo con Roast Beef con salsa macha (12€, 6 uds): Los talos se presentan aparte y el roastbeef está cubierto por una salsa que, a mi parecer, mataba totalmente el sabor de la carne, principalmente por ser cilantrófobo. También me pareció que llevaba algún fruto seco majado, que le daba un contraste de texturas interesante.
- Anticuchos de pollo a la parrilla con crema de piquillo y ajos (9€, 2 uds): Muy ricas estas brochetas de pollo con unas patatas gajo aparte con salsa de piquillos. Pese a que los anticuchos son de origen peruano (allí se utiliza el corazón, aquí al parecer muslo), también se elaboran en otros países latinoamericanos.
- Hamburguesa MacOndo (8€): Otro de los platos estrella de la cena, se trata de una riquísima hamburguesa con salsa de chile y piparras troceadas, os encantará si sois amantes del picante. Muy cachondo jugar con el nombre de la cadena de hamburguesas más famosa del mundo y la palabra euskalduna ondo (bien).
- Mamia con guayaba y garrapiñadas (6€): Se presenta sin mezclar, y por la diferencia de temperaturas la mamia tiende a desuerar. Por lo tanto, hay que mezclar bien todos los ingredientes. Mamia casera con buen sabor a leche de oveja y un toque exótico interesante. El dulzor se lo aportan las garrapiñadas (con un poco menos, mejor).
- Rosca de churro con naranja y lima (6€): Otro de los postres que no deja indiferente, se trata de una ligera porra (es más gruesa que el churro) con unas salsas que le aportan frescor y restan sensación grasa al churro. Muy bien.
Para beber, una Michelada (3,60€; cerveza especiada con sifón, no me gustó pero hay que reconocer que combina bien con este tipo de comida), copas de Artuke Pies Negros (3,50€/cada), Viña Zorzal Rosado (2,30€), agua del grifo (sin cargo) y un cortado (1,60€).
Coperío de buen nivel (Schott) y una carta de vinos con mucho argentino/chileno.
Servicio profesional: simpático, servicial y diligente. Además tuvieron la gentileza de traernos una figura de cumpleaños tradicional mexicana y ponernos la canción de Parchís (una de las comensales cumplía años).
Muy importante reservar, porque además tienen doble turno (nosotros cenamos a las 20.15 h y tranquilamente nos dió para disfrutar antes del siguiente turno de las 22 h)
En definitiva, un lugar ideal para ir en pareja o con amigos y disfrutar de una comida desenfadada y divertida. Muy recomendable