En el centro neurálgico

Situado en el mismísimo centro del barri vell de Girona donde la oferta gastronómica es muy elevada y con muchos locales pensados para el cliente mayoritariamente visitante que va una vez y no repite, este pequeño restaurante tipo bristrot con capacidad para unas 24 plazas es de los pocos de la zona que apetece repetir, ofrece una carta corta y con platos recomendados fuera de la misma típicamente franceses como la sopa de cebolla y la cassoulet, destaca su bodega a la vista con unas 150 referencias con una buena presencia de vinos franceses de casi todas sus regiones vinícolas, así como de casi todas las D.O. españolas y con presencia de vinos destacados del mundo.
Un sólo camarero para dar el servicio a la sala con buena eficacia y diligencia
Optamos por pedir platos recomendados fuera de la carta, lasaña de verduras y bonito escabechado, ración muy generosa de este último y con una elaboración del escabeche muy suave, seguimos con alcachofas rellenas de rustido de pollo y filete de jabalí acompañado de boniato asado.
De postre compartimos un pastel de chocolate casero tipo sacher francamente bueno.
Un cariñena El Missatger de la D. O. Empordà maridó perfectamente con todos los platos.
Dos cafés, lástima que Nespresso se va imponiendo cada vez más en la restauración por su facilidad de utilización a los buenos cafés tradicionales.
Resumiendo, un lugar al que sin duda volveremos si estamos por el barri vell.

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