No siempre sale bien...
Es bueno saber que si se va hay que pedir el menu diario.
Saludos
Repetimos comida en este restaurante un sábado, el fin de semana ofrecen únicamente servicio de carta con lo que la cocina se desborda y el tempo entre platos se alarga más de lo deseable.
Compartimos los primeros, unos buenos mejillones de roca y calamares a la romana de elaboración propia buenos también.
Los segundos lubina de ración de piscifactoria hecha al horno con acompañamiento de patata y tomate y un decepcionante rape también de ración, en el norte lo denominan sapito, también al horno y con la misma guarnición que la lubina y que resultó totalmente falto de sabor. Precio de la lubina 13,50 y precio del rape 19,50. Por este precio se puede ofrecer mejor calidad de producto.
Un xarel-lo de Raventós i Blanc, Silencis de la D.O. Penedés acompañó la comida y fué de lo mejorcito de ls comida junto con los entrantes.
Servicio de vino consistente en descorche y primer servicio.
Oferta de postres sin ningún atractivo, dos cafés.
A la salida fuimos al cercano Rocambolesc, heladería gestionada por la esposa del pequeño de los hermanos Roca, Jordi a proveernos de uno de sus helados para cada uno y que saboreamos en un banco de la vía pública al abrigo de la sombra de un arbol.
Recomendable únicamente para el menú diario.
No siempre sale bien...
Es bueno saber que si se va hay que pedir el menu diario.
Saludos
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