Tras una tarde de pateo por la ciudad y decididos a cenar italiano en el trastevere, cogemos un taxi para ir y nos encaminamos a... donde el taxista nos lleve. Tras preguntarle donde iría el a cenar y aun arriesgando la comisión y con la siempre posible salida de no entrar, allá nos encaminamos.

Los clientes eran mayoritariamente italianos y de todas las edades en un local con muchos comedores y recodos, muchas mesas apretadas y no solo dobladas sino triplicadas y con una leve espera para acomodarnos. Decididamente nos quedamos y buscamos la zona alejada del calor de la cocina y con buena presencia de aire acondicionado que está repartido de forma muy irregular.

Carta que se fundamenta en pizzas pero que dispone de otras opciones. Las pizzas clasificadas en rojas (con pomodoro) y blancas (sin pomodoro) y múltiples opciones y combinaciones. Tamaños enormes para todo, según ya vemos por las mesas.

Elegimos:
. insalata capricciosa: con maiz, alubias, lechuga, tomate
. pizza del vecchio: berenjena frita, queso parmigiano,bacon y albahaca. La más floja de todas. prescindible
. pizza capricciosa: tomate, mozzarella, champiñon,olivas, huevo, prosciutto, salchicha y queso.
. pizza trastevere grande: de salmón resultó algo salada por el sucedaneo de caviar, queso y ensalada de rucula
. pizza grande gorgonzola y manzana y mozzarela. Muy gustosa. Recomendable.

Para beber agua grande con gas y sin gas. De la amplia carta de cervezas cada una con su foto y con su explicación y datos, elegimos un par de cervezas de 75 cl: Gran Cru de Moretti y MenabreA e Figli Bock rossa. Muy recomendables.

Hasta aquí llegamos y con apuros para acabar.
Un sitio de comida casera (pizzas aparte), con italianos locales, amplias raciones y buen precio.
¡Viva el taxista!