Comida de Navidad en este local, conocido por sus buenos arroces, pero he de decir que me decepcionó. Y van con esta tres. Un menú contratado de paella valenciana y entrantes por 60 euros/comensal. Aparte, bebidas y cafés. El arroz, bueno sin pasarse. Una paella "de Restaurante", es decir, preparando un caldo el día anterior y echado directamente sobre el arroz. Un 7,5 -8 sobre 10. No estaba mal, pero para ese precio y por ser un local famoso por sus arroces me pareció insuficiente. El problema vino con las tapas: ibéricos, quisquilla, esgarraet, sepia con mayonesa y salpicón. Eran tapas para 2 personas servidas a ¡¡6 comensales!! Por si fuera poco, se olvidaron del salpicón, que tuvo que ser reclamado. Ante esto y la queja por lo minúsculo de las tapas (que estaban simplemente aceptables), nos sirvieron una ensalada. La comida agobiante: el local excesivamente lleno, muy ruidoso, y en la mesa apenas cabían los platos. El vino, un rioja reserva 2001 Coto de Imaz, demasiado caro (19 euros). Los postres bien, pedimos los caseros: flan y tarta de tiramisú. Lo único destacable es el servicio. Nos atendieron una chica de edad mediana con acento del este y un chico joven sudamericano. Muy atentos, agradables, y con profesionalismo pero sin afectación. En resumen, la RCP empieza a resultar bastante desaconsejable en este local, demasiado caro para lo que es, agobiante, con unas raciones minúsculas y en el que solo sales satisfecho del agradable y profesional servicio.
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