Había quedado a las 14 horas con un amigo, pero llegué con la suficiente antelación para que me permitiera ir a dos “templos” de los caprichos gastronómicos que hay en el barrio de El Born para proveerme de alguno de estos, primeramente fui a Casa Gispert fundada en 1851 que a pesar de que hace relativamente poco tiempo ha cambiado de propietario mantiene la esencia inicial, han remodelado el local dándole una mayor iluminación para resaltar sus productos gourmet, conserva las estanterias y mostradores de madera originales y sobre todo la pieza reina de la casa, la tostadora de bombo original que utiliza leña como combustible con la que diariamente tuestan café, almendras, avellanas y otros frutos secos. La segunda visita fue a Sagàs-pagesos, cuiners & co. restaurante en el que el grupo Sagardi está asociado con los hermanos Rovira donde en su pueblo natal Sagàs además del estrellado restaurante Els Casals explotan una gran finca agrícola y ganadera y elaboran unos excelentes embutidos, aquí adquirí un buen trozo de sobrasada ahumada, esta sobrasada la incluyen en su carta un buen número de buenos restaurantes repartidos por toda Cataluña
Después de este preámbulo paso directamente a comentar la buena comida que disfrutamos.
Comenzamos con una cerveza artesana que la hicimos acompañar con unas excelentes croquetas de calçots con su salsa específica servida en bol aparte.
A partir de aquí y como en todas las ocasiones en que me he sentado en una mesa de este restaurante, obvio la carta y dejo que Jordi el propietario se deleite relatando los platos que elabora su mujer Pepi con los productos que le han llegado desde Sant Carles de La Ràpita en el caso del pescado, desde el Maresme en el caso de las verduras o las diferentes elaboraciones del bacalao aparte de los que tiene en la carta.
-Como aperitivo de la casa nos sirvieron unos huevos de codorniz cocidos y rebozados sobre un fondo de salsa mahonesa.
Los primeros los compartimos
-Guisantes del Maresme simplemente rehogados acompañados de vieiras y virutas de jamón ibérico, un plato muy simple donde lo único que tiene que destacar es la calidad de la legumbre.
-Corazones de alcachofa con queso fundido cuyo nombre no recuerdo y sobrasada, igual que el anterior producto de primera.
Los segundos fueron
-Bacalao con una preparación que no estaba en la carta, confitado y siguiendo una receta de la bisabuela de Jordi con una puesta al día al gusto de esta época. Mi acompañante lo encontró muy bueno.
--Pies de cerdo guisados y deshuesados cubiertos de pulpo a la brasa con salsa de carne de erizos, un plato que no había probado y que me gustó.
Pasamos a los postres
-Su clásico helado de violetas
-Helado de caramelo con sal Maldon.
Dos tipos distintos de pan
El vino elegido fue uno de los que recomienda en su carta y que mensualmente va cambiando, uno de la DO Montsant, Mineral del Montsant 2017 a base de las variedades garnacha y cariñena elaborado por Celler Cara Nord, equilibrado, fresco y de intenso sabor. Fue un buen complemento de todos los platos. El servicio descorche, cata y primer servicio.
Terminamos con dos buenos cafés y dos whiskies de malta sin hielo servidos en copa balón.
Restaurante que no me cansa repetirlo y que rotundamente lo recomiendo.