Ampliando el comentario de @OTILIO HARO de hace tiempo en el que describe perfectamente la filosofía del lugar que sigue exactamente igual (y que dure) ha conseguido también en el tema de los almuerzos (esmorzar) alejarse de almuerzos gourmets y traer la filosofía del almuerzo "currante" y para ello se basa en que elijas tamaño de pan y lo rellenes con todo lo que quieras de lo que hay en la barra pues aquí no hay carta, eliges con la vista y el olfato.
El local es enormemente alargado con unas mesas a la entrada del tubo que se estrecha en la zona de cocina y barra y que luego se ensancha para dar cabida a otro comedor más cuadrado donde muchas mesas siempre llenas de gente disfrutando de un tiempo de descanso en el trabajo (aquí no hay jubilados salvo excepción) y de un buen bocadillo.
El servicio en sala es amable y muy muy eficiente porque aquí es imprescindible serlo pues la afluencia es continua desde primera hora de la mañana hasta que ya va a empezar el servicio de medio día.
La cola en horas puntas va desde la barra a la puerta pues tienes que pasar por la barra para elegir y de allí ya te ubican en las mesas que, aunque están juntas, son amplias y cómodas. Así lo hacemos y rápidamente nos llegan los almuerzos casi sin tiempo de dar cuenta de la bebida y de los correctos cacahuetes con corteza aunque sin la clásica compañía de las aceitunas que se notan en falta.
Para beber vino (Castillo San Simón tinto) básico de monastrell de Jumilla con gaseosa y alguna cerveza más agua sin gas. Para comer elegimos cada uno su opción preferida:
. medio bocadillo de tortilla de setas con jamón más embutido: en media barra de pan una buena tortilla de setas y jamón a lo que se superpone una pieza de morcilla, chorizo y longaniza de buena calidad y ajustado paso por el fuego; acompaña una tarrina de un muy ligero alioli de aspecto casero; el pan viene abierto totalmente -incomoda el comerlo-, siendo de buena calidad, miga ajustada y corteza algo crujiente. Muy bien.
. tortilla de patata y embutido al plato: similar al anterior incluso en el pan y alioli. Referido como muy bien.
. pincho de tortilla de patata con el tostada de pan con tomate: también con buena referencia de la tortilla.
. chuleta de lomo y verduras a la plancha con alioli: la carne estaba algo más dura de lo esperado (¿al recalentar?), mejor las verduras según refieren.
Unos cremaets que no entran en el top 10 aunque luego repetimos para alargar la sobremesa pues ya no había cola en la barra aunque las mesas duplicaron y triplicaron servicio.
plato embutido
bocadillo embutido
plato carne
pincho tortilla
bebida
cremaet
No me extraña que lo peten. Es un oasis "currela" en el centro del que se sirven incluso los pijos de la city. Había estado almorzando pero no comiendo. Un menú por 9,30 €. que no se lo salta un gitano.
Sencillez en todos los aspectos, comida casera y generosa, servicio rápido y experimentado de camareros de siempre, de los que no se ven ya. Le unimos variedad, horario extenso y precio, y tienes una fórmula de negocio con la que ganan y ganas.
Los almuerzos los tienes hasta las 13:30, conformándote eso sí con lo que les quede pese al surtidazo con el que parten. Empalman con el menú, el cual ofrece cuatros o cinco primeros, lo mismo de segundos y otras tantas opciones de postre.
A todo esto, cabe destacar, reseñar y ensalzar, la generosidad y desinterés en el capítulo vino. La primera vez que estuve almorzando ya me sorprendió para bien el tema de la copa. Y desconfié de aquella botella de Nodus Bobal abierta de la que me sirvieron. Pero es que esta vez me han descorchado un Nodus Reserva de la Familia 2012 al pedir una copa como bebida de dicho menú. Pero es que me lo dejaron en la mesa. Pero es que me la rellenaron por dos veces más. ¿Y por qué de todo esto? Porque como decía ganan, así de claro. Ganan porque llenan, ganan porque ganan clientes. Al final hacen pelota y se pueden permitir estas cosas.
Los platos que pedí fueron unas albóndigas de carne, un hígado encebollado y una tarta de zanahoria. Acabé con un café solo bien hecho, por cierto.
Todo muy de casa. El mayor valor de este tipo de lugares. Las albóndigas con su toque especiado dulce, zanahoria, judia verde fina... Igual que el hígado, algo que de normal huyo. Guisado con su vino blanco, cargado de cebolla y pimienta negra en grano... Y finalmente una contundente porción de tarta más que correcta.
Y nada más, que es mucho.
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