De paso por la A3: parada obligada

Un lugar especial para comer bien con un pequeño desvio de la carretera. Uno de los que merece siempre la pena el desvío y que da la razón alos que, como yo, dicen que el viaje forma parte del destino y así ocurre que se convierte en el único aliciente de ese día de regreso desde Portugal.

Sin cambios en el local más allá de la separación de las mesas (mesas bien vestidas ¡por fín!) con un servicio en sala de alto nivel destacando Carlos Cañas como sommelier y responsable de una extensa y variada carta de vinos. En la cocina Antonio Regidor se basa en el producto local cpn una elaboración cuidada en especial con las carnes destacando las hamburguesas y los torreznos pero sobre todo esa carne de vaca vieja Ayrshire ganadora del World Steak Challenge 2018 y 2019 (por cierto con subida de precio importante -ley de oferta y demanda-) que nos llevó la anterior visita pero que merece la pena repetir.

Llegamos a punto de cerrar la cocina así que no hacemos una previa en la barra (castigo por tardones) y entramos para hacer la comanda rápidamente y para compartir entre los 4 viajeros sentados en una amplia mesa redonda:

. alcachofa confitada 90º: abierta y a la plancha y adobada con sal Maldon y AOVE. En temporada es imprescindible

. níscalos: a la plancha y un poco de sal y AOVE: de nuevo producto y potenciadores de sabores. Recomendable.

. morteruelo casero: amplia ración de un producto típico y tópico de la zona pero no por ello menos recomendable de comer aquí. Servido en pequeña paellera y con rodajas de pan tostado; muy buen sabor, elegante en la textura y abundante ración. Imprescindible conocer.

. entrecotte a la plancha lomo bajo (480 grs): tierna, sabrosa, con sensación liegra dulce y alejada de sabor ferrosos, buen punto de fuego servida directa a la mesa; una delicia que se acompaña de patatas fritas caseras y unos pequeños pimientos verdes de Lodosa. Imprescindible para todos.

. chuletón a la plancha lomo alto (760 grs): tierna, sabrosa, potente, punto más para carnívoros en el centro; excelente plato para carnívoros y que se acompaña de los mismos ingredientes que la otra y también servida directa a la mesa (sin acabar en plancha en mesa). Inprescindible para amantes de carne.

. postres: aquí aunque probamos de todos, fueron servidos de forma individual: fruta del tiempo (melón y naaranja) cortada y pelada con poco que decir, tarta de queso manchego que resultó un bombazo por la potencia del queso -muy recomendable a los queseros-, tarrito de carrot cake con helado, torrija de pan tradicional bien resuelta.

Esta vez saltamos los platos de cuchara (se preparan mínimo para 2 comensales) para centrarnos en esa carne madurada y afinada durante 45 días en cámaras propias y que probar ambas texturas y potencias fue una buena recomendación. También quedó para una próxima el menú "Oda al ibérico" con un completo de carnes de cerdo ibérico (precisa encargo previo).

En el apartado líquido cayeron un par de aguas Solan de Cabras, un tinto canario 7 Fuentes 2014 que ha evolucionado bien y de fácil beber para los tres, más una copa de blanco Oremus Mandolás 2018 muy recomendable para gustos de blancos sin excesos de acidez; me dió la sensación de mejoras en la carta de vinos y desde luego en el trato del mismo. Por supuesto también  cafés para despertar de la digestión y acabar los kilómetrois que faltaban que no eran pocos.

Muchas cosas por probar, pero quien resiste a la mejor carne del mundo que no sé si será porque no las he probado todas aún, pero está en mi top ten seguro.